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Los jugadores y Villar, juntos en la huelga

La AFE convoca paros en las dos últimas jornadas de Liga. La Federación lo extiende a la final de Copa

Iker Casillas, Andrés Iniesta y Xavi Hernández, entre otros, durante la rueda de prensa que la Asociación de Futbolistas Españoles
Iker Casillas, Andrés Iniesta y Xavi Hernández, entre otros, durante la rueda de prensa que la Asociación de Futbolistas Españoleslarazon

«Hemos decidido parar conscientes de que tenemos razón. Nos sentimos fuertes en esa sensación de que hacemos lo que debemos hacer»

«Estamos a favor de la venta conjunta de derechos, pero no a favor de este real decreto», explica Luis Rubiales, el presidente del sindicato de futbolistas. La AFE expuso una nota de siete puntos con sus reivindicaciones, que se resumen en dos: quieren más dinero, que destinarían a los futbolistas de las divisiones inferiores, y estar representados en los órganos de decisión. «Si estuviéramos sentados en la mesa, lo nuestro se arregla en quince minutos», explica. Y ponen como ejemplo lo que sucede en Inglaterra, donde el sindicato de futbolistas recibe el 1,5 por ciento del contrato de televisión –unos 22 millones de euros–, o en Francia, donde reciben un 1,09, alrededor de siete millones de euros.

Los jugadores entienden que el real decreto va en contra de las ordenanzas de la subcomisión de deportes del Parlamento, que establecía que los futbolistas deben estar representados en los órganos de decisión y que debe haber un fondo de garantía contra posibles impagos para la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y los futbolistas. El real decreto sí establece un fondo de garantía para Hacienda y para la Seguridad Social, pero excluye a los futbolistas. El fondo de garantía sí está contemplado en el convenio firmado entre la AFE y la Liga de Fútbol Profesional, pero el convenio caduca el próximo año y los jugadores quieren garantizar ese fondo con los ingresos de la venta de derechos audiovisuales.

Los futbolistas han convocado huelga para las dos últimas jornadas de Liga, lo que coincide con la convocada por la Federación Española de Fútbol, aunque la Federación que preside Ángel María Villar la extiende hasta la final de Copa. Un asunto del que los futbolistas se desligan. Por eso, cuando le preguntaron a Rubiales qué sucedía con los 35.000 aficionados del Athletic que han reservado hotel en Barcelona para la final, se limitó a decir que siempre les ha preocupado la afición y la tienen muy presente. Tampoco debe afectar la huelga al compromiso de la Selección el 11 de junio, un amistoso contra Costa Rica en León. Tampoco se hacen responsables los representantes de los jugadores de lo que sucederá con las dos últimas jornadas si la huelga se produce, ya que la responsabilidad organizativa de la competición corresponde a la Liga.

Los futbolistas se sienten excluidos de un negocio del que son protagonistas y esperan contar con el apoyo de los clubes de Segunda División. «En lugar de disminuir las diferencias, el real decreto las aumenta», asegura Rubiales. Si antes los clubes que descendían veían cómo sus ingresos por televisión disminuían en 15 millones, ahora van a rebajarse en más de 20. Y se apoyan, de nuevo, en lo que sucede en Francia y Alemania, donde se negocian de manera conjunta los contratos de televisión para la Primera y la Segunda División. En Alemania el reparto es del 81 por ciento para Primera y el 19 para Segunda. En Francia, de 79 y 21. Los futbolistas esperan una llamada.

El apoyo de todos

- Detrás de la mesa donde se sentaban el presidente de la AFE, Luis Rubiales, uno de los vicepresidentes, Tito, y el gerente, Luis Gil, estaban los rostros más importantes del fútbol español. Xavi, Iniesta y Piqué representaban al Barcelona; Casillas y Sergio Ramos, al Real Madrid, y Juanfran, al Atlético. No hicieron declaraciones después de la intervención de Rubiales. «¿Qué necesidad tienen de estar aquí?», se preguntaba para agradecer su apoyo.

- Los equipos de Segunda también estuvieron representados, aunque las presiones de los clubes –algunos les pusieron entrenamiento por la tarde– impidieron que estuvieran todos.