Selección Española

Un entrenador y un estilo

La Federación cree que ha llegado el momento de añadir profundidad al juego de posesión que llevó a la Selección a lo más alto y que ahora está en duda. Eso puede marcar el nombre del nuevo seleccionador

Ramos, Lucas Vázquez e Isco se marchan del aeropuerto de Barajas después de despedirse del resto del equipo / Efe
Ramos, Lucas Vázquez e Isco se marchan del aeropuerto de Barajas después de despedirse del resto del equipo / Efelarazon

La Federación cree que ha llegado el momento de añadir profundidad al juego de posesión que llevó a la Selección a lo más alto y que ahora está en duda. Eso puede marcar el nombre del nuevo seleccionador.

España llegó al Mundial con un seleccionador, jugó con otro y regresa, probablemente, sin ninguno. El presidente de la Federación, Luis Rubiales, debe ahora tomar dos decisiones en una: elegir un entrenador y un estilo. El debate no se limita al nombre que se sentará en el banquillo. La tercera eliminación consecutiva sin superar el primer cruce hace que el estilo que llevó a España a dominar el fútbol mundial sea también puesto en duda. La Roja ha dominado la posesión, pero no los partidos, aunque los jugadores siguen siendo partidarios de profundizar en la esencia del equipo. «El estilo no está agotado para nada, siempre hemos mantenido nuestro estilo de juego de tener la pelota, de tener la posesión, de atacar y es lo que hemos hecho, pero cuando se te meten todos los partidos once tíos atrás es difícil encontrar espacios y marcar», asume Koke. «Llevamos muchos años con esa filosofía de posesión, de tener siempre el control de juego», admite Sergio Ramos. Pero al capitán le preocupa más el final que el camino. «El fútbol son resultados y eso es lo que va a marcar todo», dice. «Si me aseguran el pase de octavos jugando de la misma manera yo lo hubiera firmado», asegura. «Es una cuestión del entrenador que esté, de lo que plantee. Indudablemente el camino que nos ha dado éxito ha sido muy definido. Es lo que te marcará, los jugadores que quieras tener o no quieras tener», asegura Iniesta.

Fernando Hierro reconoce que el fútbol ha cambiado. «Cada Mundial, cada fase final, te marca unas tendencias. El periodo 2008-2010-2012 fue algo que no había hecho ninguna selección a nivel mundial, ganar tres grandes acontecimientos consecutivos. Estamos en 2018 y la tendencia es la línea de cinco, que estaba olvidada. Hay mucha gente trabajando con ella y un porcentaje alto de segunda jugada y transiciones rápidas. El fútbol va cambiando y la tendencia cambia», explica. «La cuestión es si España quiere seguir siendo España. La mentalidad era apostar por lo que nos ha dado éxito. Ahora tenemos una forma de entender el fútbol y entendemos que España es reconocible y con la gente joven que viene tenemos mucha personalidad. Antes de ganar cualquier título nos decían que no teníamos personalidad», analiza.

Ahora se trata de ponerle nombre al banquillo. Hierro parece más decidido a romper cualquier vínculo con la Federación que a seguir. Pero Ramos apoya su continuidad. Es el único jugador que lo ha hecho de manera pública. «No soy muy partidario de los cambios y siempre he pensado que en el fútbol en el futuro acabarán siendo ex futbolistas los entrenadores porque se vive de manera distinta, pero esas decisiones no corren de nuestra mano», afirma. «Eso no es una decisión mía. Son el presidente y la junta los que decidirán», dice Koke, más tímido y menos cercano al seleccionador que ha dirigido a España en el Mundial.

La continuidad de Hierro es complicada. Y si no es él, vuelven a aparecer los nombres que se imaginaron antes de comenzar el Mundial. El requisito fundamental es que sea un entrenador sin equipo o con el permiso de su club para marcharse a entrenar a la selección. Míchel y Quique Sánchez Flores están libres. Como Luis Enrique. El presidente de la Federación cree que ha llegado el momento de añadir profundidad a la posesión y eso fue, precisamente, lo que hizo el asturiano con el Barcelona. Quique Setién tiene contrato con el Betis, pero aceptaría dirigir a la selección. Es un entrenador veterano, pero joven en los banquillos de la élite, todavía con aspiraciones incumplidas que pueden ser muy útiles para la selección. Es un convencido del estilo que caracteriza a España. Abelardo es otro de los entrenadores que encajan en el proyecto, aunque tiene contrato en vigor con el Alavés. El asturiano estuvo en el estadio Luzhniki presenciando en directo la eliminación de España junto a otros veteranos de la selección. Pero la decisión pertenece a Rubiales.

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