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Campeón

Scaloni, el futbolista que ya pensaba como un entrenador

El seleccionador de Argentina se ha colocado en la historia junto a Menotti y Bilardo desde el perfil bajo. De jugador ya se interesaba por la táctica y los rivales

El seleccionador de Argentina, Lionel Scaloni, habla con sus futbolistas antes de los penaltis Alberto EstevezEFE

Una de las primeras cosas que hizo Scaloni después de ganar la final fue admitir que no estaba entre sus planes ser campeón del mundo. En realidad nadie lo esperaba cuando era parte del cuerpo técnico de Sampaoli en el Mundial de Rusia 2018. Allí se encargaba del seguimiento de los rivales y de los jugadores propios, ni siquiera era uno de los ayudantes de campo. Lo que sí tenía previsto desde hace mucho tiempo era ser entrenador, porque ya se le veía ese perfil cuando era futbolista. «Hablaba mucho de fútbol, conocía a los rivales con los que se iba a enfrentar, comentaba los sistemas de juego, cómo jugaba el Deportivo. Siempre se mostró muy interesado por esos detalles», comentan los que trabajaron cerca de él en sus etapas como internacional.

Su trayectoria con la albiceleste empieza con los juveniles que fueron campeones del mundo sub’20 en el 97, en Malasia, allí estaban también Pablo Aimar y Walter Samuel, los dos ayudantes que ha tenido junto a él en el banquillo en Qatar. Desde aquellos tiempos ya tenía perfil de entrenador, como le ocurría a Mascherano, a Cambiasso y a Gaby Milito. Y aprendió mucho, como ha reconocido varias veces, de José Pekerman y sus métodos, que iban más allá del terreno de juego y eran casi una forma de vida. Con su maestro se encontró hace unos meses en las eliminatorias suramericanas al Mundial, uno con Argentina y otro con Venezuela. «Fue extraño enfrentarnos», reconocía Scaloni, que lloró como un niño ante las cámaras nada más terminar el partido ante Francia.

Eran las lágrimas de alegría de un tipo alegre, que en el vestuario siempre se encargaba de hacer grupo y también las bromas. «Siempre intentaba juntar a todos los compañeros, muy extrovertido y bromista», cuentan los que le conocían cuando era un juvenil. Ganó aquel Mundial sub’20 y luego estuvo también en el de 2006, de la mano de Pekerman, entrando en la convocatoria a última hora junto a Cufré, otro de sus amigos de entonces y ahora también parte del cuerpo técnico de la AFA. Sólo jugó un partido, el de cuartos de final ante México, que se resolvió con un golazo de Maxi Rodríguez en la prórroga.

Estos días son especiales en Pujato, su pueblo, de 1.800 habitantes en la provincia de Santa Fe. Allí su familia siempre se ha dedicado al campo y su hermano reconoció que algunos de los partidos del Mundial no los vio porque prefería estar lejos de todo cosechando trigo para intentar no morir de los nervios. En su primera experiencia como entrenador, a los 44 años, y siendo el técnico más joven de Qatar 2022, le ha dado la mano en la historia a Bilardo y Menotti, dos mitos que crearon una corriente futbolística a su alrededor y que ya eran campeones en la Liga argentina cuando llegaron a la selección. Él ha triunfado antes con la albiceleste con un método basado en el perfil bajo y en el acierto para elegir a los jugadores correctos para que Messi se sintiera cómodo, tanto en la estrategia en el césped como para hacer grupo fuera. Supo rodearlo de futbolistas que hacen estar a gusto a Leo. Y ha conseguido también que muchos futbolistas rindan mejor con la selección que con sus equipos. Sin grandes figuras, más allá de Messi, ha ganado la tercera estrella.

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