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Fútbol

El Atlético, ni con dos Simeones puede al Granada (0-0)

El Atlético no pasó del empate ante el Granada en el debut de Giuliano, el hijo del Cholo, en partido oficial

Sergio Escudero y Savic saltan a por un balón en el Atlético - Granada
Sergio Escudero y Savic saltan a por un balón en el Atlético - GranadaManu FernandezAgencia AP

El Atlético se ha acostumbrado a reducir la duración de los partidos a la mitad. Le sobran 45 minutos y desecha la primera mitad dejando pasar los minutos como si no le interesara desgastarse en ese primer tramo. Es en la segunda mitad cuando decide los partidos. Para bien o para mal.

Contra el Granada se quedó a medio camino. En parte porque al equipo granadino, que estrenaba a Karanka en el banquillo, tampoco le sobraba la ambición. Le servía el empate y al Atlético tampoco parecía preocuparle la victoria. Pocas profesiones más tranquilas que las de los porteros que se enfrentan al Atlético. A Maximiano, el del Granada, se le vio por el uniforme amarillo más que por las preocupaciones que le daba el Atlético. No tuvo que usar las manos el portugués.

No es extraño que los aficionados encontraran entretenimiento en los gritos de «corrupción en la Federación», que ya parecen de otro tiempo. Aunque los culpables de lo que sucede en el campo partido tras partido no sean ni Rubiales ni Piqué. Tan culpables como de que el curso pasado el Atlético fuera campeón de Liga.

Probó algunas cosas Simeone ante la enorme cantidad de bajas que tenía. Por ejemplo, al canterano Javi Serrano en el centro del campo. El Cholo valora su entrega y su esfuerzo, es un mediocentro de esos que no ahorran una gota de sudor, pero le superó la situación y en el descanso dejó el sitio a Vrsaljko para que Llorente pudiera pasar al centro del campo.

Al Atlético no le funcionan las nuevas ni las viejas soluciones. Luis Suárez fue el otro futbolista que entró al campo tras el descanso. Los mejores momentos del uruguayo ya han pasado. En realidad, ya habían pasado cuando lo fichó el Atlético. Y no es el remedio para la falta de gol del equipo rojiblanco.

El gol, en las últimas jornadas era Joao Félix y el portugués ya ha desaparecido de las alineaciones hasta el final de la temporada por culpa de una lesión muscular. Los goles hay que buscarlos en otro sitio y, de momento, el Atlético no sabe dónde. Simeone acabó recurriendo en los últimos minutos a su hijo en busca de esos tantos que no aparecen. «Giuliano», anunciaron por la megafonía y el estadio lo ovacionó como si llevara años esperándolo.

La criatura ha borrado el Simeone de la camiseta para ahorrarse problemas. Pero no le hace falta. En los pocos minutos que estuvo en el césped le hicieron dos faltas. Una de ellas al borde del área cuando podía marcharse solo hacia la portería.

El Atlético apretó en los últimos minutos, como es costumbre. Y ahí estuvo más cerca de la victoria. Con las prisas llegaron un remate de cabeza de Savic que se marchó fuera por poco y un disparo al palo de Cunha, que siempre anima cuando entra en el campo.

Pero no es suficiente para el Atlético, un equipo que parece aburrido de sí mismo. No parecía posible que una plantilla dirigida por Simeone pudiera caer en la pereza. Y esa es la sensación que da el Atlético, falto de espíritu.

Sin más ilusión ya que la de garantizar el puesto el año próximo en la Liga de Campeones, no parece motivación suficiente para un equipo que se siente capaz de medirse con los mejores de Europa. Pero los rivales como el Granada, o cualquier otro que haya pasado por el Metropolitano en los últimos tiempos (Cádiz, Alavés, Espanyol) no le motivan. La próxima visita es el Real Madrid. Entonces, otro Atlético es posible.