Fútbol

Raúl se despide del Real Madrid, pero deja una frase que dice mucho sobre su futuro

El entrenador del Castilla ha anunciado su adiós en una carta en Instagram en la que habla del futuro

Raúl González, entrenador del Castilla.
Raúl González ya no es entrenador del Castillalarazon

Se va Raúl González Blanco del banquillo del Real Madrid Castilla. Lo hace después de siete temporadas entregado al fútbol formativo, con la serenidad de quien ha cumplido su misión y la emoción contenida de quien no se marcha del todo, porque su vínculo con el club es de esos que no se rompen con una decisión profesional. Este lunes, con un breve pero sentido comunicado, el propio Raúl oficializó su salida: “En el día de hoy, he comunicado al Real Madrid mi decisión de dar por finalizada mi etapa al servicio del Club”. Su sustituto será Arbeloa.

Raúl, pasión madridista

Fiel a su estilo sobrio y contenido, Raúl se ha despedido con gratitud, memoria y esperanza. “Han sido siete temporadas en las que he disfrutado de la gran pasión que tengo desde niño por el fútbol. Estoy seguro de que estos años me han hecho crecer como profesional y como persona”. Ese crecimiento no solo ha sido suyo. También lo ha sido el de decenas de jugadores que han pasado por sus manos: jóvenes que llegaron a Valdebebas llenos de sueños y que encontraron en su entrenador una guía firme y respetada.

Raúl eligió bajar al barro, pisar campos de Primera Federación y asumir las exigencias de una etapa formativa compleja, donde el resultado compite con el desarrollo. Durante cinco años al frente del Castilla, Raúl ha sido mucho más que un técnico: ha sido u un espejo en el que mirarse. Su implicación, su seriedad y su capacidad para transmitir valores han sido constantes. Lo resume él mismo con naturalidad: “Agradezco al club de mi vida la oportunidad que me ha dado en todos estos años. Y quiero dar las gracias a todos los empleados de esta casa y a todos los que forman parte del Real Madrid, porque todos ellos me han brindado su apoyo y su cariño, y me han ayudado a llevar a cabo una de las ocupaciones más bonitas de este deporte: compartir con los más jóvenes la experiencia y los conocimientos adquiridos para verlos crecer como personas y como deportistas”.

Un entrenador que quiso aprender

Esas palabras definen con claridad su manera de entender el fútbol. Lejos del foco mediático y de los egos de la élite, Raúl ha dedicado su tiempo y energía a formar personas antes que futbolistas. Y lo ha hecho desde la credibilidad que solo puede tener alguien que lo fue todo en el campo: tres Champions, seis Ligas, más de 300 goles con el escudo del Madrid y una trayectoria internacional irreprochable. Pero en Valdebebas no se comportó como una leyenda, sino como un trabajador más. Sus jugadores lo respetaban.

Raúl lo tiene claro: “Disfrutaré con orgullo de los éxitos que alcancen cada uno de los chicos a los que he entrenado, y todos ellos se llevan mi cariño y mi agradecimiento por todo lo que han dado”. Porque esa es la medida del éxito de un formador: no los títulos, aunque también tuvo uno, la Youth League conquistada con el Juvenil A en 2020, sino el impacto humano en la vida de los jugadores.

Hoy se despide, pero no cierra la puerta. Al contrario. Lo deja dicho con la claridad de quien confía en los lazos que no se desgastan con el tiempo: “Se abre ahora una nueva etapa en mi vida como entrenador fuera de este Club y con el convencimiento de que algún día volveré a la que siempre es mi casa”. Nadie duda de ello. Porque Raúl no es solo un exfutbolista o un técnico. Es una de las grandes figuras del madridismo, y su compromiso con el club ha sido constante y sincero.

No ha anunciado todavía cuál será su próximo destino, pero es evidente que este adiós forma parte de un nuevo paso en su carrera como entrenador. En estos años ha demostrado que no necesita vivir de su nombre: ha estudiado, ha trabajado, ha formado. Y ahora está preparado para asumir un reto mayor, en una categoría superior