Fútbol
Las frases más polémicas de Ancelotti sobre Florentino Pérez, el Real Madrid y Bale
En un libro, el entrenador italiano recuerda su primera etapa en el Real Madrid y los problemas que solventó
A Ancelotti, el nuevo entrenador del Real Madrid, le gusta contar sus experiencias en los clubes en libros. Ahí se ve su visión de fútbol, sus planes y cómo vivió en los clubes. En “Liderazgo tranquilo” hace un repaso de Real Madrid y su primera etapa.
Uno de los problemas fue Bale, que quería cambiar de posición: “El presidente quería hablar conmigo al final del entrenamiento de aquel día. Aquello era insólito. Cuando fui a ver al presidente, me dijo que el agente de Gareth Bale había estado en su despacho para hablar de la ‘situación’ del jugador. [...] El agente decía al presidente que Bale no estaba contento donde jugaba. Quería jugar más en el centro. El presidente me preguntó qué íbamos a hacer y yo le dije: ‘nada’”. Aseguraba que “desde aquel momento la relación con el presidente ya no fue la misma”.
Ancelotti elogiaba a Bale, a pesar de eso: “Bale tenía cualidades fantásticas, de categoría internacional, y lo único que hacía yo era ayudarlo a comprender toda la fuerza que poseía, para que pudiera sacar al exterior todo su potencial, y por cierto, yo estaba más cualificado que su agente o que el presidente para ayudarlo en ese aspecto”.
Explica su relación con Florentino: “Conmigo llegaba la que según él era la sosegadora presencia de un “pacificador”. Tuvo para mí muchas palabras amables, pero yo sabía por otra parte que el mismo Pérez había sido responsable de la contratación y despido de nuevo mánagers en los doce años de sus dos presidencias”.
Y del estilo: “Antes de llegar yo jugaban con un estilo más defensivo de lo que le gustaba al presidente, de manera que aunque me dieron libertad para cambiar el estilo de juego, se me dijo y repitió que, quisiera o no quisiera yo, el juego del equipo tenía que ser más ofensivo. Afortunadamente, tenía experiencia en satisfacer los deseos de un presidente”.
Pero cuenta que él sabe adaptarse al club: “Si el presidente decide traspasar al centrocampista Xabi Alonso, también tendré que aceptarlo. ¿Quería yo vender a Alonso? Naturalmente que no, pero mi trabajo era que el equipo funcionara”. Sabe que un club necesita que todos remen en la misma dirección: “Pérez estaba empeñado en su ‘era galáctica’, en fichar a las mayores y más caras superestrellas del fútbol mundial, así que llegaban y se iban jugadores que a lo mejor yo no habría elegido, pero mi obligación era que el equipo funcionase con los activos que se me daban”
Explicó su trabajo: “El presidente se enteró de lo de las estadísticas (entrenamientos de otros equipos) y dijo que no dábamos el callo lo suficiente. Quise explicarle que lo importante no era la duración del entrenamiento, sino su intensidad [...] No escuchó”.
Consieraba a Ramos un líder: “Ramos es lo que yo llamo un ‘líder de personalidad’, un líder con un carácter fuerte, que nunca se asusta, nunca se preocupa y siempre se muestra optimista”. Era capitán espiritual por delante de Casillas: “Ramos no era el capitán del equipo -ese honor pertenecía a Casillas-, pero Ramos era el líder, en particular porque Casillas no jugaba todos los partidos”.
Vio en Isco un jugador importante: “Isco me interesó porque es un jugador dotado, pero también porque es un trabajador tenaz; me pareció que a largo plazo acabaría siendo un importante valor para el Real Madrid”.
Y sabe lo que es el Madrid: “Cuando me fichó el Real Madrid sabía que iba camino de uno de los liderazgos más difíciles, codiciados y precarios del fútbol mundial”. Reconoce lo precario que es: “El Madrid no es un club para echar raíces. Incluso para los disparatados baremos del fútbol, el Madrid constituye una clase propia. El tiempo para adaptarse, la luna de miel y el tiempo para mantener el éxito están más comprimidos que en el resto de los equipos”.
Y sabe lo que se juega:“En el Real Madrid no es posible completar una temporada sin ganar un trofeo”. Y eso de los minutos de entrenamiento jugó en su contra: “El problema de los datos fue una clarísima señal de alarma de que la fe del club en mi capacidad para hacer mi trabajo se había debilitado. Venía a decir que tenían más confianza en los números que en mí”. Reconoce que estuvo menos de lo que quiso: “Mi ciclo en el Real fue más breve de lo que había esperado, pero también más largo del que vieron otros colegas”.
Eso sí, ya conoce cómo es: “En el Madrid hay una organización extraña. El club tiene un capitán y tres subcapitanes, y es este grupo el que habla con el presidente como representante de los jugadores para tratar de temas como las primas”.
“La identidad del Manchester United, como la del Real Madrid, consiste en atacar [...] Naturalmente, si ganan, se acepta este estilo, pero si las cosas se ponen difíciles, la identidad se pone en cuestión. Este es un problema que tiene el Real Madrid aunque gane”.
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