El contragolpe da la razón a Ancelotti: “Jugamos así porque tenemos futbolistas con esa característica”

Las gradas del estadio Rey Fahd de Riad eran más del Real Madrid que del Barcelona. Una clara mayoría de aficionados blancos que corearon el nombre de Modric y aplaudieron como si fuera el Bernabéu cuando se fue sustituido. El croata fue el segundo cambio de Ancelotti, pero no porque estuviera jugando mal. Todo lo contrario. El problema son los pulmones, porque de fútbol va sobrado. Fue otra vez el faro del Madrid en el centro del campo, pero no estuvo en los minutos finales. «Modric tiene una calidad inmensa, cuesta mucho presionarlo, pero Valverde ha marcado el gol que nos ha dado la final. Sin Modric algo vamos a perder en la posesión, pero Fede es veloz y llega bien», explicaba Ancelotti, feliz de que una vez más la velocidad de sus delanteros resultase decisiva.

Modric fue uno de los que, desde atrás, puso a correr a la pareja de moda del fútbol europeo. La velocidad de Vinicius mezcla cada vez mejor con la calidad de Benzema y eso es lo que claramente quería explotar el técnico italiano para ganar el Clásico. «Nuestro contragolpe fue muy eficaz. Ellos han utilizado más la posesión y nosotros, la contra. Nos hemos retrasado un poco para usar el contragolpe, que fue muy efectivo, con jugadas de mucha calidad. Hicimos tres goles espectaculares», confirmaba el técnico del Real Madrid.

Como sucedió frente al Valencia, marcaron Vinicius y Benzema, para seguir engordando unos números increíbles a estas alturas de temporada. Son 23 goles del francés y 15 del brasileño. 38 en total, los mismos que ha marcado todo el Barcelona este curso. «Utilizamos bien la contra porque tenemos jugadores con estas características. Lo están haciendo muy bien los chicos», insistía Ancelotti saliéndose del reparto de méritos y dándoselos todos a sus futbolistas. Vini jr. abrió el marcador y se fue muscularmente fundido. Su compañero francés fue elegido el MVP de la primera semifinal del torneo y se marchó dolorido con un golpe en la clavícula.

Son los dos nombres recurrentes después de cada victoria del Real Madrid en los últimos tiempos. Y ambos disfrutan en espacios abiertos, un panorama que su técnico favorece desde la pizarra. Con esa fórmula está el equipo blanco líder en la Liga y en la final de la Supercopa después de una nueva victoria ante el Barça.