Fútbol
El peso de la superstición
La cábala es decisiva para Simeone en la preparación de los encuentros.
Simeone no tiene lateral derecho para enfrentarse al Real Madrid. Juanfran, Vrsaljko y Giménez están lesionados, pero el entrenador del Atlético no tiene dudas
Diego Pablo Simeone acostumbra a tenerlo todo preparado. Sabe quién salta con cada contrario en cada saque de puerta, cómo crear superioridad en los balones aéreos, prepara las ayudas en defensa y las sorpresas en ataque. Pero hay una parte de él que confía en la casualidad. La superstición, la cábala como dicen en Argentina, acompaña al Cholo en la preparación de cada partido. Por eso, y por el efecto psicológico que supone ocupar el terreno del enemigo un día antes del encuentro, ayer decidió aprovechar la posibilidad que concede la UEFA de hacer un entrenamiento y dar la rueda de prensa previa en el estadio donde se jugará el partido.
El entrenador del Atlético ha probado toda clase de movimientos antes de enfrentarse al Real Madrid en Europa en los tres últimos años. Cuando jugaron la final de la Liga de Campeones en Lisboa concentró al equipo en Los Ángeles de San Rafael, igual que había hecho un año antes cuando ganó la final de Copa en el Bernabéu, igual que hizo Antic cuando él era jugador antes de ganar la Copa del doblete en Zaragoza contra el Barcelona. La mala experiencia en 2014 hizo que el año pasado se olvidara de Los Ángeles de San Rafael y llevara al equipo a entrenarse en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Tampoco funcionó, pero el Cholo se agarra a la cábala para encontrar un respaldo emocional que la razón no le puede ofrecer. Por eso ha elegido invadir el Bernabéu en la previa de la semifinal. Algo que no hizo cuando los dos equipos se enfrentaron en los cuartos de final de la Liga de Campeones hace dos años. Entonces prefirió prepararse en casa, en el Cerro del Espino y ofrecer la conferencia de prensa en el Vicente Calderón, pero no le fue bien. El Bernabéu sí le funcionó como amuleto antes de la final de Copa de 2013. «Entendíamos que era lo que mejor nos venía para este partido», aseguraba el entrenador del Atlético ayer sin querer dar más explicaciones.
Para el Cholo, los amuletos pueden estar en su habitual traje negro, en los lugares o en las personas. Gabi aparece siempre a su lado en las conferencias de prensa antes de los grandes partidos. Simeone se agarra al brazalete de su capitán como si fuera una guía que le permitiera alcanzar el siguiente paso. Le funcionó la temporada pasada en las semifinales contra el Bayern y repitió en la final. Igual que Fernando Torres. Pero el «Niño» desapareció ayer de la comparecencia ante los medios. En su lugar estaba Godín, el mismo que había comparecido en la previa ante el Leicester. Simeone quiere que todo esté en orden, especialmente las cabezas de sus jugadores. «Creo que tenemos que controlar muy bien nuestras emociones. No me hace especial ilusión jugar contra el Madrid. Me hace ilusión estar en otra final. Cualquier detalle te marca el resultado», asegura Gabi.
Las supersticiones de Simeone se extienden también a su cuerpo técnico. El Mono Burgos paseaba de la mano su abrigo largo de invierno en el avión que traía al Atlético de vuelta desde Bucarest, después de ganar la Liga Europa al Athletic que entrenaba Marcelo Bielsa. Era el primer título de Simeone en el banquillo rojiblanco y el segundo entrenador del Atlético justificaba la incomodidad: «No es casualidad. Siempre viene conmigo».
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