Fútbol
Zidane: "Benzema, Modric, Isco, Kroos, nunca perdían la pelota... Cristiano algo más"
El ex entrenador del Real Madrid ha hablado sobre el fútbol que le gusta: "El fútbol sin un diez pierde poesía"
En el Festival dello Sport de Trento, organizado por La Gazzetta dello Sport, Zinedine Zidane volvió a hablar con la serenidad y la claridad de siempre. No hubo nostalgia, sino una defensa apasionada del fútbol que él entiende: el de la pausa y la inteligencia del que sabe cuándo no perder la pelota. En su conversación, el exentrenador del Real Madrid recordó a sus jugadores con una devoción que iba más allá del resultado o del título. Lo que le fascinaba era su relación con el balón.
“Tuve jugadores impresionantes. Y no solo en los partidos: en los entrenamientos, estar a cinco metros de ellos era un espectáculo. Por ejemplo, Benzema, Kroos, Isco… no perdían nunca la pelota. ¡Nunca! Una hora y media de entrenamiento y no la perdían ni una vez", contaba Zizou. "Eso es impresionante. Modrić, Kroos, Benzema, Isco, Rodrygo… Cristiano la perdía un poco más", reía, "pero luego hacía goles impresionantes, así que”.
Zidane querría haber entrenado a Iniesta y Busquets
A lo largo de la entrevista, Zidane amplió su mapa de y admiraciones. Confesó que, si hubiera podido, habría querido entrenar a dos jugadores que representaron el fútbol de la serenidad: “Iniesta, por ejemplo. Y Busquets también”. Lo dijo sin polémica, con naturalidad, como si la rivalidad entre Real Madrid y Barcelona se desvaneciera ante la belleza del juego bien hecho. En su juventud, la referencia fue otra: “Si tengo que hablar de un equipo que me marcó cuando era más joven, fue el Milan de Van Basten, Rijkaard y Gullit, con Baresi, Maldini, y también con Carlo Ancelotti en el medio. Ese equipo ganaba muchísimo, era impresionante. El Milan de Sacchi, sí”.
Tiene nostalgia de un fútbol pasado.: “Antes estaban los libres, los cinco, los diez, gente inteligente, que entendía el juego de otra manera. Ahora todo es más físico, más ordenado, más controlado. Pero el fútbol sin el diez pierde poesía. Y a mí me gusta el fútbol que tiene poesía”.
Ronaldo Nazario, el fenómeno
Esa nostalgia se transforma en admiración cuando habla del brasileño Ronaldo, su compañero en los años de los Galácticos: “Siempre digo lo mismo, porque hablo del brasileño, Ronaldo. Lo que hacía en los entrenamientos era una locura. Eso sí que era fútbol de verdad, el juego auténtico. Hacía cosas increíbles. Para los más jóvenes: hablo del fenómeno, O Fenômeno. Aunque, claro, Cristiano también, lo que ha hecho no se discute. Pero lo que hacía el Fenómeno en el campo era algo increíble. Porque él te decía: ‘Ahora te hago dos caños’. Y los hacía. Eso no existe”
El exentrenador del Madrid amplió después su mirada hacia el presente. Al ser preguntado por el jugador que más le emociona actualmente, no dudó: “Si tengo que decir uno que me haga sentir algo cuando toca la pelota, es el chico del Barcelona, sí Lamine Yamal. Es muy bueno. No es exactamente un centrocampista, pero da igual la posición: tiene algo especial. Cuando toca la pelota, te transmite algo, te hace sentir algo”.
Amor por los discretos
Su respeto por los discretos, los que no buscan el foco, apareció al evocar a Modrić y Kroos: “Modrić. Modrić, sí. Kroos también. Pero hay muchos jugadores así, discretos, gente tranquila, que me gusta porque hablan en el campo, no fuera de él. Son personas de familia, como yo. Por eso digo que somos un poco parecidos”.
El diálogo avanzó hacia terrenos más personales, y el francés habló de su padre con una ternura contenida: “Mi padre tenía poco, pero nos enseñó a valorar lo que teníamos. Siempre nos habló de la dignidad del trabajo, del esfuerzo, de la importancia de hacer las cosas bien. A veces me contaba que pasaba frío en el metro porque no tenía calefacción. Yo he vivido otra vida, pero nunca he olvidado eso. Todo lo que he sido viene de ahí”
Por eso, cuando se le pregunta qué tipo de entrenador fue, su respuesta vuelve al principio de todo, al balón: “En mis entrenamientos siempre había balón. Incluso cuando trabajábamos la parte física. No me gusta trabajar sin balón. El balón tiene que estar siempre ahí, porque es lo que nos une, lo que nos recuerda por qué hacemos todo esto”.