Becas Podium
Iñaki Bravo: "Sin la Beca Podium, la esgrima me saldría por un dineral"
El tirador madrileño aspira a ser olímpico en París después de haberlo ganado todo en categorías inferiores
Campeón de España y "top 10" europeo y Mundial en todas las categorías inferiores de esgrima, licenciado en Ingeniera Aeroespacial y a punto de terminar un Master de Matemáticas Computacionales, que le está gustando más que la carrera. Iñaki Bravo (18-3-1998, Madrid) sueña con ser olímpico en París 2024, aunque para eso habrá que esperar al Preolímpico de Luxemburgo en abril.
Lo más reciente fue el Campeonato del Mundo disputado en Milán y la experiencia no fue demasiado bien. "El segundo día me tocó el cabeza de serie número tres, un italiano y en Milán. A nivel individual estoy satisfecho con la esgrima que hice, pero a nivel de equipos y con la temporada tan buena que llevábamos, con varios top 8, tuvimos el peor día de la temporada. Ante el italiano hubo varias ocasiones en que el árbitro decía que había salido antes de tiempo y no fue así. El tema de las tarjetas no lo gestionó bien. El mal resultado por equipos del Mundial complica mucho los Juegos y a nivel individual estará el Preolímpico".
Después de lo de Italia, Iñaki ha cerrado la temporada y ha disfrutado de unas vacaciones familiares en Alemania. El sable y la esgrima que practica desde los cinco años volverán en septiembre. "Hice otros deportes, pero mi relación con la esgrima fue de amor desde el principio. No en muchos deportes te puedes pegar con otro con una espada y eso es guay para un niño. A mi me encantaban las espadas, las pelis de caballeros, los cuentos... y había un club muy cerca de mi casa al que me apuntó mi madre y desde el principio estuve entusiasmado. Se me fue dando bien en categorías sub 10, sub 12, sub 15... y al empezar tan pequeño tenía una cierta ventaja en categorías inferiores. Ahí estás en igualdad de condiciones con los rivales, pero a partir de los 20 años es cuando cogen peso los recursos, el dinero o que haya un programa estatal para ese deporte y te das cuenta que si quieres competir con esa gente hay que ser muy riguroso, muy trabajador, tomártelo muy en serio y tienes que tener mucha más atención por el detalle ", relata. "En muchos momentos he pensado en si seguir o no porque en 20 años da para pensártelo muchas veces. A partir de los 18 cuando empiezas a estudiar y empiezas a perderte cosas por entrenar o competir muchas veces te lo piensas, pero siempre ha pesado más lo bueno. La esgrima es una pasión, no un trabajo", comenta.
Y desde el principio su arma fue el sable. Nada de florete o espada. "En mi club era el arma principal así que no hubo elección. Y no me arrepiento. Encaja bastante con mi personalidad. El sable es más emocionante. Todo pasa más rápido, es más agresivo, las decisiones no te da tiempo a pensártelas mucho y eso me gusta. Voy a hacer esto y voy con mi decisión a muerte", cuenta.
En la progresión de los tiradores españoles son básicas las concentraciones. En Pau, en Estrasburgo, en Fukuoka... "Suelen ser de una o dos semanas y se trata de acumular un volumen de asaltos muy alto con tiradores internacionales para ver qué funciona o qué no. Nuestro grupo de trabajo somos diez personas y llega un punto en el que ya conoces el estilo de todo el mundo y entonces ya deja de parecerse a una competición con un rival desconocido. Te das cuenta de cosas como desde cómo calientan, su nivel de profesionalidad... El equipo con un nivel más alto es el de Italia. Corea y Hungría han sido primeros y segundos en el Mundial, pero tienen cuatro tiradores. Los italianos quizá no tienen a cuatro que sean los mejores tiradores del mundo, pero tienen 15-20 que son muy buenos y eso para mejorar es importantísimo".
Y en esa mejora también aparece la Beca Podium de Telefónica en 2019. "La esgrima me costaría dinero si no tuviera la Beca Podium. El entrenamiento y la mayoría de las competiciones sí que las sufraga la Federación de Esgrima, pero concentraciones como la de Fukuoka tuvimos que poner dinero, la preparación física, nutrición, suplementos, psicólogo... si no tuviera la Beca Podium, la esgrima me costaría un dineral". Y luego está el número de sables que se utilizan en una temporada. "Depende de lo bruto que seas y de las hojas que rompas. Yo uso ocho en la temporada, pero no sólo son los sables. El traje blanco de protección dura bastante, pero el que llevamos para señalizar la luz, el eléctrico, dura menos porque tiene que estar en perfecto estado. En todas las competiciones, la víspera se hace un control de material y si no se pasa hay que comprárselo", dice. Y ese material ya le ha dado guerra en más de un aeropuerto: "Nos preguntan qué llevamos y hemos llegado a decir que es equipaje de teatro, que llevamos atrezzo".
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