Real Madrid
Y Benzema fue Santillana
Agarrado a Benzema está el Madrid para no dejarse llevar en este final de temporada. Agarrado a la cabeza de Karim, porque así están las cosas en este equipo, donde no pasa nada normal. No es el mejor rematador de cabeza, pero así ha marcado los tres últimos tantos del equipo de Zidane. Contra el Eibar salvó un partido que en la primera parte pintaba a desastre y que después fue mejorando. El Karim sutil, de los pases y juego creativo, dejó paso al delantero centro, de área pequeña y remate de cabeza inapelable. Las que tuvo con el pie, sin embargo, las falló. Pero así remontó el Madrid contra el Eibar
Está el equipo de Zidane como la primavera, que no sabes si va a caer un chaparrón o va a salir el sol o las dos cosas la vez. Si hace frío o calor. Contra el Eibar hizo una primera parte que la memoria de los aficionados madridistas probablemente ya ha borrado. Porque no hubo nada: ni remates ni intención, puede que ni ganas. No son días fáciles para un equipo que a estas alturas, los últimos cinco años, peleaba en Europa. Cambió tras el descanso, por orgullo o por la charla de Zidane o por supervivencia, cambiaron la cara y mostraron una versión más acorde con todo lo que representa. Con Valverde de mediocentro y no de interior, el equipo tuvo más consistencia. También mejoró Asensio y el Madrid dio señales positivas para alegrar a una grada que necesita cargarse de razones para ir al estadio. No hay nada en juego, nada más que el orgullo y el divertimiento. También acabar con buen sabor de boca.
Y convencer a Zidane, que sigue con sus cambios. Ni Kroos ni Casemiro en el equipo tituar y sí Bale, que no está a gusto y al que la grada no perdona. Modric empezó de mediocentro, pero nada funcionaba. No tiene ritmo el equipo. Le cuesta motivarse.
El Eibar lo aprovechó y se fue creciendo hasta que marcó el tanto que le ponía por delante. Navas se resbaló, Nacho no estaba para nadie. El equipo vasco jugó sin complejos durante la primera mitad y aprovechó la debilidad mental del rival.
Pero lo dejó vivo. Cambió la velocidad, cambiaron las ganas y el Madrid jugó de otra manera. Más profundo por las bandas y con Benzema pidiendo balones al área. Es la solución de Zidane cuando todo va mal. Por eso necesita un rematador. Benzema no lo parecía, hasta que se transformó en Santillana.
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