Primera etapa
Movistar nada mejor que nadie bajo la lluvia de Barcelona
La lluvia convierte la contrarreloj por equipos en una prueba de supervivencia que aprovechó el Dsm para hacer a Milesi primer líder de la Vuelta a España
La ola de calor ha dejado paso a la lluvia y ya no es la hidratación lo que preocupa a los corredores sino la posibilidad de mantenerse en pie sobre la bicicleta y terminar la contrarreloj por equipos con la que dio comienzo la Vuelta sin sobresaltos. «Hemos ido al límite pero bajo control porque el asfalto está muy complicado», explicaba Jonathan Castroviejo, el campeón de España de la especialidad. No fue el día más afortunado para él y para sus compañeros, que sufrieron la caída de uno de sus compañeros de equipos, Laurens De Plus.
«Con tiempo tan encapotado es mejor ir con calma en las curvas y no tomar riesgos», reconocía Sepp Kuss, el ciclista estadounidense del Jumbo Visma, que tuvo que esperar en algún tramo a Jonas Vingegaard, el ganador de los dos últimos Tours.
La lluvia deslució los planes de la organización, que cuida todos los detalles para que la primera etapa sea un gran espectáculo. Pero donde debían jugar las últimas horas de luz natural con las primeras de iluminación artificial llegó la oscuridad que sufrieron los equipos de los máximos favoritos.
El agua no permitió apreciar el recorrido, que comenzaba en la playa de Somorrostro y terminaba en la Plaza España después de pasar por algunos de los lugares emblemáticos de Barcelona. De eso se aprovechó el Dsm, que fue el segundo equipo en salir, para marcar el mejor tiempo, lo que convierte en el sorprendente primer líder al italiano Lorenzo Milesi, que ocupa el lugar previsto para alguno de los mejores corredores de la Vuelta. O de alguno de sus gregarios, pero la lluvia convirtió la primera etapa en una prueba de supervivencia. Una prueba en la que Movistar demostró que nada mejor que cualquier otro de los favoritos. El equipo español era el penúltimo en salir, cuando la oscuridad tapaba el cielo y la lluvia atacaba más fuerte. «Sólo» pudieron igualar el tiempo de los ganadores a pesar de que lo habían mejorado en el paso intermedio, pero el quinto corredor, el que marca el registro del equipo en el cronómetro, no llegó con la misma fuerza al esprint que los cuatro de delante.
Se conforman con el segundo puesto, con que el maillot rojo lo lleve otro, a cambio de que Enric Mas pueda distanciar al resto de favoritos. «La principal preocupación era no caernos. Creo que lo hemos hecho bien porque tampoco hemos arriesgado demasiado. Estamos contentos», confesaba el balear.
Tenía motivos para la felicidad. Sólo el Soudal de Evenepoel se les acercó. El equipo belga era el último en salir, ya en las mismas condiciones meteorológicas que Movistar, cuando el cielo amenazaba con caer encima de los ciclistas, como temía Abraracurcix, el jefe de la aldea gala de Asterix, y quedó sólo a seis segundos del equipo español. El Ineos de Geraint Thomas perdió veinte segundos respecto a Movistar; 35 Jumbo Visma y 37 el UAE de Juan Ayuso.
Es la primera alegría del año para Enric Mas, que se tuvo que retirar en la primera etapa del Tour por una caída. Su equipo lo había elegido para ser el primer maillot rojo de la carrera, una prenda que nunca ha vestido. De momento, tendrá que esperar para lucirlo.
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