Análisis del triunfo en el Masters

Jon Rahm, con la determinación de siempre y más control mental: ¿lo mejor está por llegar?

Nacho Gervás, director técnico de la RFEG, analiza el histórico triunfo de Jon Rahm en el Masters de Augusta y lo que puede llegar si mantiene este nivel

Augusta (United States), 09/04/2023.- Jon Rahm of Spain celebrates with his family after winning the US Masters during the final round of the Masters Tournament at the Augusta National Golf Club in Augusta, Georgia, USA, 09 April 2023. (España, Estados Unidos) EFE/EPA/ERIK S. LESSER
Jon Rahm, con su mujer y sus hijos, celebra el triunfo en el Masters de AugustaERIK S. LESSERAgencia EFE

Jon Rahm sacó la magia en el hoyo 14 de la última jornada del Masters de Augusta, dando el golpe del torneo, obteniendo la imagen icónica del primer Masters de Augusta que conquista en su todavía corta carrera, su segundo «Major» tras el US Open de 2021. "Él le ha quitado importancia, como si no fuera tan brillante, como si fuera más cómodo de lo que parecía. No era un golpe imposible, pero es el momento en el que lo hizo, porque necesitaba un birdie más para jugar con tranquilidad los últimos hoyos; y que había que interpretar cómo tiene el contorno el green y de qué manera debía entrar la bola para que pudiera quedarse cerca. El drive del hoyo 13 ya había sido una barbaridad, pero en el 14 se junta todo eso más la plasticidad y que a partir de ahí el Masters lo había ganado, y se convierte en una bonita historia", explica Nacho Gervás, director técnico de la Federación Española de Golf y comentarista en Movistar.

La bola pareció obedecer al golfista español, como si la manejara con un mando a distancia para llevarla al lado del hoyo y después rematar. Pero la cara de Jon apenas cambió. La concentración era absoluta. En su cabeza todavía quedaba trabajo, cuatro hoyos, por mucho que los números ya le dieran el triunfo salvo derrumbe. "Si te fijas, su juego no ha cambiado gran cosa, sigue siendo un jugador que se apoya en su golpe natural; efectivamente, cada vez es más capaz de mover la bola de derecha a izquierda, pero en este torneo y este campo no tiene mérito porque las calles son muy anchas. Lo que él ha mejorado y le ha dado un vuelta de tuerca es al tema mental", analiza Gervás. Rahm ha dado un paso más. De niño, el joven Jon era un torbellino que rompía palos y se enfadaba con el mundo. Alguna vez ha pedido perdón y ha dado las gracias a los que tuvieron paciencia con él. Esa etapa ya pasó, pero el volcán todavía entraba en erupción de vez en cuando, a otros niveles. "Desde el hoyo 1, en el que hizo cuatro putts [doble bogey, el único en todo el torneo], hasta el 72, ha pasado un huracán, una tempestad, de todo, y en ningún momento se le ve quejarse ni enfadarse. Al revés, ha mantenido una cara como si estuviera mirando la cámara pero atravesándola con la mirada, no ha variado su gesto, se le veía no solo concentrado, sino a gusto con la forma en la que estaba afrontando el torneo", añade Nacho. El juego iba lento y a Koepka, que empezó líder, le fueron comiendo los demonios por dentro, los nervios, por mucho que tenga cuatro «Majors» en su currículum, mientras que Rahm seguía con esa mirada del tigre. Como había que esperar, el de Barrika fue hasta siete veces al baño. Nada le perturbaba. "Todo lo gestionó de diez. Es un curso avanzado de cómo tiene que estar uno en competición", prosigue Gervás.

"Le ha pasado de todo: cuatro putts en el primer hoyo, una tormenta... Y no ha puesto ni una mala cara"

NACHO GERVÁS (DIRECTOR TÉCNICO DE LA RFEG)

Solo camino de cerrar su actuación en el hoyo 18 la sonrisa iluminó su cara, y después de que la última bola se colara en el agujero, empezó la fiesta, la celebración, esta vez sí, con los aficionados, a los que daba la mano, con su familia y con Chema Olazábal, dos veces ganador del Masters de Augusta. "Tenía que ser hoy", le acertaba a decir Rahm. Porque justo un 9 de abril, de 1957, nació Severiano Ballesteros, la leyenda, el hombre que inspiró a Jon (y a tantos, en España y fuera) aunque no lo viera jugar en directo. Y un 9 de abril, de 2017, ganó Sergio García su chaqueta verde, y además se cumplían 40 años desde que el 11 de abril de 1983 Seve conquistara su segundo Masters. Ahí están, Seve, Chema, Sergio y Jon, los cuatro golfistas que suman los seis triunfos españoles en Augusta.

"Sé que me animaba [desde el cielo]", dijo Rahm de Seve. "La primera de muchas", le susurraba Chema a Rahm. "Si la parte mental es capaz de controlarla como esta semana, sin duda va a estar ahí y no me extrañaría que ganara algún “Major” más este año", opina Nacho Gervás. La concentración ha sido una constante todo 2023, año en el que ya había ganado tres torneos. Cuando le fue mal, en el "The Players", donde se retiró por problemas físicos, lo asumió con naturalidad, diciendo que cuando las cosas van bien «los dioses del golf te golpean para humillarte un poco». Pasar página y a seguir. "Sabe que no puede ganar siempre, pero esa determinación y esa confianza de que puede ganar independientemente de los golpes de diferencia con el líder es algo que tienen solo los más grandes. No impresionan tanto las victorias como que está ahí todas las semanas. Incluso jugando mal queda quinto", desgrana Gervás.

El equilibrio entre la familia y el golf

La familia, ser padre, no le ha hecho cambiar. "Hay estadísticas que dicen que los jugadores con familia tienen un pequeño bajón, que es normal, el golf ya no es el cien por cien de tu vida, la familia obviamente ocupa una parte muy importante y todo lo relativizas. Pero él, al menos de momento, tiene ese equilibrio entre la persona que quieres ser y el jugador insaciable en el campo", continúa. Jon dice desde niño que quiere dejar huella en su deporte y hacer historia. Ser uno de los mejores de siempre. "Él ya de por sí es verdaderamente diferencial por la garra con la que juega, la creencia que tiene en sí mismo, pero dentro de eso había algo que era la calma, ese pronto rápido que enseguida le venía, y esta semana no ha aparecido en ningún momento. Una señal de que está a un paso de hacer cosas verdaderamente importantes", concluye Gervás.