Manchester City
Klopp puede con Pep
El Liverpool decide en una gran primera parte con goles de Salah, Chamberlain y Mané ante un City que no encontró nunca su estilo.
El Liverpool decide en una gran primera parte con goles de Salah, Chamberlain y Mané ante un City que no encontró nunca su estilo.
Klopp no engaña. El técnico alemán anunció guerra contra Guardiola y desde el primer minuto el Liverpool se puso manos a la obra con el objetivo de repetir el triunfo de la Premier. Y al descanso ganaba 3-0, el City estaba noquedado y el lazo de Pep pasaba del amarillo al negro. Su equipo entró mal en el partido y no pudo parar el vendaval de los diablos rojos, que a base de velocidad y de aprovechar los errores del los centrocampistas azules consiguieron lo más inesperado en un primer acto para enmarcar.
Salah, la flecha egipcia que quieren todos los grandes, abrió las hostilidades con un gol precedido de fuera de juego en el inicio de la jugada. Los defensores no acertaron a despejar y llegó el primer puñetazo en el mentón de Pep. El segundo lo hizo Chamberlain desde fuera del área. Le dejaron tirar y Ederson acompañó al balón con la vista. Y en plena debacle del City, pese a los intentos de De Bruyne y Silva por poner orden, Mané, de cabeza, hizo el tercero y mandó a la lona al rival y a Pep al rincón de pensar. Colocar a Laporte de defensa izquierdo no fue una buena medida, el ex-jugador del Athletic sufrió ante la velocidad de Salah, al que acompañaba Alexander. La apuesta de Gundogan por Sterling también resultó fallida. El alemán aportó poco y la suma de centrocampistas tampoco sirvió para que Gabriel Jesús, inédito en el primer periodo, recibiera un balón en condiciones para rematar. Hubo llegadas azules, pero sin pólvora. Además, el Liverpool estaba ayer firme en defensa, uno de sus puntos débiles de la temporada. de ahí el repaso antes del descanso.
No cambió el panorama. Klopp perdió a Salah y Pep retiró a Gundogan para ser más ofensivo con Sterling. Apuesta también fallida porque el City controló en defensa, apretó en el centro del campo y no renunció a los contragolpes vertiginosos que ponían en guardia a Otamendi y Kompany. Walker seguía muy fallón y Laporte estaba más centrado.
El balón fue del City, pero sin la profundidad necesaria para encontrar el gol que le ponga más cerca la eliminatoria. El Liverpool había resuelto en media hora y firmó su segundo triunfo sobre un City al que le faltaron poso, entidad y calidad para superar a un adversario que le ha tomado la medida y que dio un paso de gigante para meterse en semifinales. La vuelta puede echar chispas.
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