El despertar de Takacs

Julia Takacs, nacida en Budpest hace 29 años, ha dado a España la primera medalla en los campeonatos de Europa de Berlín con un tercer puesto en los 50 kilómetros marcha.

Los 50 kilómetros marcha son el infierno. El cuerpo llega a la meta (si llega), fundido. Las piernas duelen. Lo sabe la bielorrusa Yatsevich, que cuando llevaba apenas una hora, paró. Y lloró. Iba segunda. Lo sabe Julia Takacs, la chica de origen húngaro que llegó a España con 14 años porque su madre y su padrastro viajaron por motivos de trabajo. Empezó a practicar marcha en Budapest, siguió en Madrid, se nacionalizó en 2008 y fue campeona de Europa sub’23 en 2011. Era la esperanza, pero la que se suponía iba a ser una carrera fulminante, no terminaba de arrancar. No lo hacía en la capital, pero un cambio de aires (se fue a Barcelona) para comenzar a trabajar con Montse Pastor y la posibilidad de disputar una nueva prueba, los terribles 50, encendieron la luz de Takacs. Y a los 29 años, ¡bingo!, bronce en el Europeo. Atrás, las dudas mentales y las físicas, pues como ella confesó, le diagnosticaron una trombosis pulmonar que pudo «haber acabado» con su vida. En el CAR de Sant Cugat, además de a Montse, su entrenadora, Julia tiene a García Bragado, el mito, la pareja de Montse, compañero de Takacs y mucho más. Chuso corría también (salían a la vez hombres y mujeres), se lesionó en el kilómetro 20, pero aguantó. «Fui detrás para darle un par de consejos», confesó.

Fue para decirle que tranquila, que era largo, que tenía que ir a su ritmo porque si se pasaba se acabó. Así es esta prueba, con el añadido del calor sofocante, pero la española había entrenado en condiciones similares. Estaba preparada: su cuerpo, su cabeza. No se fue de Madrid dejándolo todo. Continuó con su psicólogo, Pablo del Río, con el que habló el día anterior a la carrera. «No preparamos los 50 km, preparamos los 55, porque así cuando estás en el 48 piensas: “Quedan siete”, pero quedan dos», explica Del Río. «No pensamos en la medalla, sino para que ella diera lo mejor», continúa. Y así fue: dio lo máximo y fue bronce. La portuguesa Inés Henriques voló y fue oro. La ucraniana Tsviliy aguantó y salvó la plata.

Mechaal, cuarto en 10.000

Adel Mechaal no pudo ampliar el medallero. Hizo un 10.000 (una distancia larga para él) tremendo, pero le faltó fuerza al final. El italiano Crippa le quitó el bronce. El francés Amdouni fue oro y el belga Abdi, plata.