Melilla
La fe infinita de Navas
El portero, muy religioso y del que se ha dudado desde que llegó al Real Madrid, renueva hasta 2021 en lugar de irse este invierno.
El portero, muy religioso y del que se ha dudado desde que llegó al Real Madrid, renueva hasta 2021 en lugar de irse este invierno.
Si cumple el contrato que acaba de firmar, Navas estará en el Real Madrid siete temporadas, un milagro teniendo en cuenta su trayectoria desde que se vistió de blanco. Una carrera de fondo, luchando contra el destino y apoyado siempre en su fe religiosa y su capacidad de sacrificio, ambas infinitas en el caso del costarricense. El programa «Jugones» adelantó que el guardameta ha ampliado por un curso más su vinculación con el club de Chamartín, hasta junio de 2021. El giro de guion más inesperado, justo cuando había perdido casi todo el protagonismo y se rumoreaba su posible salida en este mercado de invierno. Pero Keylor no es de los que se rinden, todo lo contrario. Está convencido de que su sitio es el Real Madrid y con esa camiseta ha ganado tres Ligas de Campeones, una Liga y varias Supercopas. Doce títulos acumula en Chamartín, y, los más importantes, con él entre los palos.
Era el portero de Zidane, indiscutible incluso cuando hubo la posibilidad de incorporar a Kepa en mitad de temporada. «No necesito ahora a nadie», dijo Zizou, porque su hombre de confianza era Navas. Juntos levantaron la «orejona» tres veces y ahora, sin el francés, sí que se ha resentido su posición. Lopetegui siempre insistió en que la llegada de Courtois era una solución más para la portería y en ningún caso un problema. Julen alternó a los dos guardametas, pero con la llegada de Solari la cosa cambió de forma considerable. El argentino prefiere un portero claramente titular y el suyo es el belga. Desde que subió del Castilla, la Liga y la Champions han sido para Courtois, mientras que Keylor sólo ha podido jugar los dos encuentros de Copa del Rey ante el Melilla.
Desde el aterrizaje del ex guardameta del Chelsea se ha especulado con la salida de Navas, pero él se empeña en lo contrario. Y ha repetido varias veces que su intención es la de pelear por el puesto. El club no reforzó la portería por falta de confianza en el «tico» y sí para elevar la competencia, inexistente en ese momento entre los tres palos. Keylor fue suplente de Casillas en el año de su fichaje, para después ser un fijo en los cursos siguientes, con Casilla como secundario. La secretaría técnica veía necesario otro guardameta «top» en los entrenamientos y tras intentarlo con Kepa, contrató a Courtois.
Antes se había buscado la vía De Gea en aquella famosa noche del 31 de agosto en el que el fax no llegó a tiempo y Keylor estaba a los pies de un avión para viajar a Manchester y efectuar el trueque con el United. Aquello nunca se produjo y Keylor volvió al trabajo al día siguiente como si nada hubiera pasado y apoyado en su creencia religiosa. Desde entonces, muchos títulos y 149 partidos con el Real Madrid acumula el dorsal «1», que ve aumentado su tiempo de contrato y su sueldo, que sube hasta los cinco millones. Y ahora, a seguir peleando, como ha hecho siempre, dejando todo en cada sesión de trabajo en Valdebebas, donde los que tiene cerca se sorprenden de cómo se lo «curra». Si le necesitan, allí estará, como en cada final de Liga de Campeones ganada.
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