Nibali, el vacío y las disculpas

La bicicleta de Vincenzo Nibali esperaba a su dueño en la puerta del autobús del Astana. Pero el italiano no estaba, se marchó ayer obligado por los jueces al apoyarse en el coche de equipo. Nibali se ha ido dejando un vacío y una disculpa nocturna en Facebook.

Pasadas las doce y media de la noche, el campeón italiano escribía: “Lo que ha sucedido hoy sucede todos los días, pero eso no significa que deba quedar impune”. “Fueron sólo 150 metros, pero habría aceptado incluso una sanción de diez minutos”, añadía. Para él es dolorosa la sanción que lo deja sin Vuelta. “Ha sido un año malo por muchos motivos, llego con la intención de salvar un año infame y me encuentro en la primera etapa con el culo en tierra. Te levantas con la ayuda de un compañero, te miras las heridas deseando que no sea nada, buscas tu bicicleta que está destruida... Hay pánico en el grupo, tardo en salir, tanto que cuando salgo ya he perdido 1:20, me lanzo a la persecución solo, sin miedo, sin agua, despacio...” Pero se agarra al coche y los jueces lo descalifican.

“Me gustaría disculparme en nombre del staff de Astana ante los organizadores y los seguidores. Siento muchísimo lo que ocurrió y tanto Nibali como Shefer -el director que lo remolcó con el coche- comparten mis disculpas. Para Vincenzo fue un mal día en un mal año”, se disculpaba Stefano Zanini, uno de los directores del Astana, el único que continúa en carrera.

La descalificación de Nibali no es la única desgracia para su equipo, que en la carrera ha confirmado la retirada de Tiralongo. Fue uno de los más afectados por la caída, el golpe que le cubrió la cara de sangre después se la dejó hinchada y casi deformada. Le tuvieron que dar cuarenta puntos y apenas veía por el ojo izquierdo, pero se empeñó en salir a pesar de las recomendaciones de su equipo. El dolor apenas le dejó dormir y acabó dándose por vencido en los primeros kilómetros de la etapa.