Liga de Campeones
Lautaro lleva al Inter a Estambul
El gol del argentino liquida las ilusiones del Milan y confirma la presencia interista en la final de la Champions
Estambul es un lugar maldito para el Milan. Allí perdió contra el Liverpool la final más increíble de la historia de la Copa de Europa. Aquella que convirtió en mito de Anfield a Rafa Benítez después de que su equipo remontara los tres goles de ventaja que los milanistas tenían en el descanso. Pero el Milan quería volver a Estambul para saldar sus deudas con la ciudad y con el estadio.
Ya lo hizo con el Liverpool dos años después, en 2007, y desde entonces no ha vuelto a pisar una final. Tampoco será este año. El Inter, su rival ciudadano, le ha dejado en el camino. Llegaba casi resuelta la eliminatoria del partido de ida, disputado hace seis días en el mismo estadio. Pero el Milan no podía evitar ilusionarse.
La presencia de Leao, que no había podido jugar el primer capítulo, era un buen motivo para la ilusión. Y si era capaz de hacer jugadas como la que hizo en el final de la primera parte, marchándose por el costado izquierdo con calidad y potencia hasta plantarse delante de Onana... su remate se marchó fuera, pero la ilusión estaba intacta.
Ya la había alimentado antes Tonali con una jugada en la que llegó hasta la línea de fondo, levantó la cabeza y vio cómo llegaba Brahim solo hasta el punto de penalti. Pero el remate del internacional español lo atrapó Onana con agilidad para tapar una zona de la portería que quedaba descubierta para que llegara el gol del «10» del Milan. Fue ésa una de las pocas ocasiones en que Tonali pudo despistar la vigilancia de Barella.
Pasaban los minutos y el Milan seguía creyendo. Junior Messias no llegó a ver bien una dejada de cabeza de Leao en el área, pero la esperanza se mantenía intacta. Siempre le faltaba algo al Milan. El portugués debía haber rematado directamente en esa jugada. No son las semifinales de la Liga de Campeones un lugar para dudar.
No lo hizo el Inter y Lautaro liquidó las ilusiones milanistas de un zurdazo. El argentino consiguió hacerse un hueco en el área con un control, aunque estaba rodeado de gente cuando recibió el pase de Lukaku. Controló con la izquierda la pelota y los nervios y su disparo superó a Maignan por el lado que debía tapar el portero milanista. Ellos eran los delanteros del Inter cuando ganó su última Liga y ahora quieren ser los delanteros de la cuarta Copa de Europa del club negriazul.
El gol aseguraba la presencia del Inter en la final y al Milan ya le sobró todo lo que vino después. La eliminatoria había quedado liquidada en el primer cuarto de hora del partido de ida. Allí llegaron los dos goles del Inter y pudo llegar alguno más.
Eso es lo que quería Lukaku. El belga había entrado en la segunda mitad para aguantar la pelota y para desesperar a los defensas del Milan. Es lo que hizo en el gol de Lautaro. Pero él quería el suyo. Dzeko, el hombre que ocupaba su lugar en el once inicial, había marcado en el partido de ida y estuvo cerca de volver a hacerlo en la vuelta, pero se encontró con la cara de Maignan. Lukaku no pudo igualarlo a pesar de sus intentos hasta el final.
Los dos partidos de la eliminatoria se han jugado en el mismo campo, pero esta vez era el Inter el que ejercía de local. Aunque eso sólo se sintió cuando Lautaro marcó su gol. Y volvió a sentirse con más intensidad cuando la clasificación para la final ya era un hecho consumado.
Han pasado trece años desde la última y los hinchas del Inter empiezan a ver a Simone Inzaghi como una reencarnación de Mourinho y a Lautaro Martínez como un nuevo Diego Milito.
El Inter ahora espera rival y disfruta de su momento con todos sus futbolistas enteros. La bronca que generó una durísima entrada de Krunic a Çalhanoglu hizo temer por la integridad de alguno. Pero ya están todos en la final.
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