Liga de Campeones

Gundogan, el futbolista que salvó los bares

El centrocampista del City hizo una subasta para ayudar a la hostelería de Manchester en la pandemia

Liverpool (United Kingdom), 14/05/2023.- Manchester City's Ilkay Gundogan celebrates after scoring the first goal during the English Premier League soccer match between Everton and Manchester City at Goodison Park in Liverpool, Britain, 14 May 2023. (Reino Unido) EFE/EPA/Peter Powell EDITORIAL USE ONLY. No use with unauthorized audio, video, data, fixture lists, club/league logos or 'live' services. Online in-match use limited to 120 images, no video emulation. No use in betting, games or single club/league/player publications
Gundogan celebra un gol al EvertonPeter PowellAgencia EFE

Ilkay Gundogan es el capitán del Manchester City, un símbolo para el equipo y para la ciudad, aunque su futuro parezca más cerca del Barcelona que de seguir en Inglaterra. El alemán, de ascendencia turca, es uno de los hombres de confianza de Guardiola, aunque hace diez días Pep se enfadara con Haaland por cederle un penalti para que pudiera hacer un hat-trick. Gundogan falló y a Guardiola le sobraba tanta generosidad.

Hace un par de años, el centrocampista del City, contaba una anécdota de sus primeros tiempos en Mánchester en «The Players Tribune». «Una vez estaba con un amigo y recordamos que era el cumpleaños de Pep. Mi amigo sugirió que le hiciéramos un regalo», recordaba. El alemán y Guardiola son vecinos en Mánchester. Le compraron una botella de champán y el amigo de Gundogan fue a llevársela a casa. «Cuando volvió, dijo que Pep se había puesto muy contento», añadía. Al rato sonó el timbre en casa de Gundogan, «Pensé que mi amigo había pedido pizza», confesaba. «Mi amigo abrió la puerta y era Pep. ¿Dónde está Gundo?, preguntó. A los dos nos sorprendió porque Pep es muy reservado. Nos habíamos cruzado en el ascensor, pero nunca había estado en mi apartamento», relata Gundogan. Guardiola llegó con la botella de champán y tres vasos y se quedó algo más de una hora. «Me recordó que aunque jugamos al fútbol, también somos personas. Cuando termine mi carrera lo que más recordaré son las personas con las que la he compartido», dice.

Eso ha hecho él también con la ciudad de Mánchester, recordarle que los futbolistas también son seres humanos. Cuando la hostelería de la ciudad estaba cerrada por la pandemia, el alemán organizó una subasta benéfica para recaudar fondos para ayudar a los bares y a los restaurantes de Mánchester.

Los aficionados podían pujar por sus camisetas o incluso por conocerlo personalmente y pasar un rato con él. «Quiero usar esta iniciativa para apoyar a la gente durante este duro momento y al mismo tiempo ofrecer a los aficionados la oportunidad de comprar algo especial en una subasta», decía. A la iniciativa también se unieron compañeros suyos, como Foden, que donó una camiseta por la que pagaron más de 8.000 euros.

Gundogan es algo más que un futbolista.