Ledecky, brutal

Una extraterrestre, lo más parecido a una mujer pez, se ha colado en las piscinas del Mundial de Kazán. Se llama Katie Ledecky y nada como quien anda, sin aparente esfuerzo, a su aire, sin mirar a un lado y al otro. La única rival es ella misma. El único objetivo, llegar a la pared. Campeona de los 400 libres en la primera jornada, el reto ayer era doble: ganar los 1.500 y acceder a la final de 200. Y también terrible, porque apenas había media hora de diferencia entre ambas pruebas. ¿Se contuvo Ledecky en el kilómetro y medio? En absoluto. Si no lo había hecho en las series, en las que batió el récord del mundo... Sola, porque nadie es capaz de seguirla, fue pegando dentelladas a su plusmarca para rebajarla dos segundos y dejarla en 15:25.48. Apenas una leve sonrisa para celebrarlo. Salió de la piscina de competición y se fue corriendo a la de entrenamiento para nadar a ritmo lento, para soltar músculos. Una ceremonia de entrega de medallas y una final de 100 metros espalda después, regresó donde antes había brillado. La prueba de 200 femenina es la de más nivel del campeonato. No ganó su semifinal, la superó su compatriota Franklin (y otras cuatro más, entre ellas Federica Pellegrini), pero la final será otra historia.

Ledecky tiene 18 años. Un joven de 19, británico, Adam Peaty, fue el protagonista masculino al batir el récord del mundo de 50 braza. En los 200 libres, Lochte se cayó del podio: ganó Guy por delante del chino Yan y de Biedermann.