Real Madrid
Zidane cambia la suerte: el Madrid gana al Huesca en los últimos minutos
Cucho Hernández ha adelantado al equipo oscense, Isco igualó y Ceballos dio la vuelta al marcador. Pero Etxeita empató de nuevo. Y Benzema decidió
Este partido, con otro entrenador, se empataba o incluso, se perdía. Le ha pasado al Madrid varias veces esta temporada, que no llegaba el gol, pero sí el del contrario, que los últimos minutos no servían para ganar, como manda la tradición. Hasta que ha vuelto Zidane y el conjunto blanco salvó la papeleta contra el Huesca. Hay hombres elegidos, afortunados y él lo es. Se puso la cosa fea, con el rival jugando sin complejos y lo pasó mal el equipo local, que no está para fiestas y sí para que este curso termine cuanto antes y a poder ser convictorias. Remontó, se dejó empatar y tuvo que llegar Benzema, el hombre de la temporada, para que la ilusión que ha desencadenado Zidane no se apagase de repente. No fue el día más brillannte, pero es que ya no va el asunto de eso. Hay que construir desde la victoria
Más que puntos, lo que se juega el equipo en este final de Liga es el ánimo, acabar de la mejor manera posible el curso mientras se van tomando decisiones. Y no termina de quitarse la tristeza, que se le pegó a la piel y ahora está intentando deshacerse de ella. Es cuestión de ir paso a paso, de ganar. Lo hizo contra el Huesca, con más penalidades de lo esperado, pero lo hizo y eso es lo que cuenta. Zidane llegó para cambiar la suerte del equipo, pero está claro que es un plan a largo plazo. A corto, hay avanzar.
No es sencillo porque es una situación extraña la que está viviendo este equipo. Los últimos años llegaba a este tramo a todo tren y dispuesto a comerse a cualquier rival europeo que se presentase. Ahora está a otra historia, quizá más complicada: hay que recuperarse en partidos anodinos, que no llaman la atención. Frente al Huesca, el Bernabéu presentó su segunda peor entrada de la temporada, porque a priori, sin emoción, el fútbol ha perdido encanto.
Sin embargo, sí que hay cosas que ver en el Madrid. Quizá más que nunca. Porque es un misterio la alineación que puede presentar Zidane en cada choque y hay que comprobar si los jugadores que más discutidos han estado hacen méritos para arreglar la temporada y que los cambios que no deja de prometer el técnico no les afecten. Es decir, ¿le vale a Bale ganarse la continuidad con el maravilloso centro al área, con el exterior de la zurda, en el que comenzó el segundo gol?; ¿es suficiente para Isco convertirse más en un centrocampista goleador que imaginativo?, ¿y para Ceballos? Y sobre todo, ¿cuánto van a pesar estos partidos en lo que luego haga Zidane? No termina de convencer ninguno. También jugó Llorente de titular, con entusiasmo y fuerza, sobre todo al principio del choque. Luego le faltó oxígeno tras tanto tiempo sin jugar.
Aunque lo mejor fue Brahim, que apenas ha tenido oportunidades y que dejó muy buenas pistas del tipo de futbolista que puede ser en el futuro, con más madurez y minutos.
Dice Zidane que hay que centrarse en el ahora y no mirar más allá, pero es evidente que todos miran al mañana y que cada choque parece una prueba.
Aunque más que eso, podría pasar que lo que quiere Zizou es recuperar el espíritu de grupo y sanar a un vestuario que no lo ha pasado bien durante meses anteriores. Había jugadores enfadados y Zidane parece que intenta lanzar el mensaje de que todos cuentan, que todos van a ser útiles y que no va a mirar ni lo sucedido ni el apellido. Por eso jugó Luca, su hijo y tercer portero del equipo. Quiere alternar a los guardametas: el primer día jugó Navas; Courtois estaba lesionado, así que le tocó a Luca. No pudo hacer nada en los dos goles el portero. Es la fragilidad del equipo, no el portero, lo que condena al equipo.
Huesca valienteEl Huesca fue valiente, con las ideas claras, buscando siempre la velocidad y con la desesperación de quien necesita todos los puntos posibles para quedarse en Primera. Ya en el partido de ida le plantó cara al rival y en el Bernabéu, si tuvo miedo, si se asustó, lo disimuló. Ni cuando el Madrid remontó sintió que se acababa el mundo. Es lo que solía pasar antes con los rivales inferiorer. Ahora no. Porque tiembla la defensa blanco. Nacho se equivocó, aunque puede que le hicieran falta en el primer tanto, y después en la segunda parte, los de Zidane no supieron defender un balón parado. Los goles han sido un problema este curso. No sólo a favor, también en contra.
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