Motociclismo
Marc Márquez no falla y suma su décima victoria consecutiva en Sachsenring
MotoGP se va de vacaciones de verano con la sensación de que perfectamente podía ser el parón invernal el que comienza ahora. Márquez sólo ha necesitado media temporada (ni siquiera eso porque van nueve carreras y todavía faltan diez) para dejar otro Mundial prácticamente sentenciado. Nadie se le acerca ni en la clasificación general ni en el trazado de Sachsenring, donde ayer sumó su décima victoria consecutiva, a lo que hay que sumar diez poles y diez vueltas rápidas seguidas. Unos registros de otra época, o mejor dicho, de ninguna época, porque lo que hace el «93» no se ha visto nunca.
En Alemania, Marc despachó el monólogo que estaba previsto y hasta él mismo reconoció que había sido más fácil de lo que esperaba. «Sé que no es correcto decirlo, pero me ha costado menos que el año pasado», confesaba después de cruzar la meta en solitario y disparar su ventaja hasta los 58 puntos. «El plan ha salido tal y como lo había previsto, sabía que era un buen circuito para mí y contaba con ganar», añadía el dominador absoluto de MotoGP.
No hubo debate sobre el vencedor en Alemania y tampoco lo hay sobre el nombre del próximo campeón del mundo. Queda mucho, pero cuesta imaginar un escenario en el que otro piloto le quite la corona al de Cervera. No hay nadie preparado para ello ahora mismo, ni siquiera Dovizioso, supuestamente el enemigo más feroz de Marc a comienzos de curso. El italiano sufrió en Sachsenring tanto como se intuía y confirmó la tendencia negativa en la que se encuentra. Ganó en Qatar y desde entonces sólo en Austin, por la caída de Marc, ha podido quedar por delante del campeón. En el resto de circuitos ha perdido terreno en el Mundial y ahora está a más de dos carreras de distancia.
Se conformó Dovi ayer con pelear con su compañero Petrucci, mientras por delante Márquez iba acumulando segundos de margen. Se puso al frente pronto, conservó neumáticos un rato, se escapó y cuando llegó a los tres segundos de adelanto se dedicó a disfrutar y evitar un fallo. En Texas se equivocó y aquel episodio se le pasó por la cabeza unas cuentas veces. No quería que nada le estropease el comienzo de las vacaciones, a las que se va ir rotundamente feliz.A su espalda venía Rins hasta que se fue al suelo, mientras que Quartararo, el otro jovencito respondón del momento, se cayó casi al comenzar. Con este panorama lo que era fácil para Márquez se convirtió en facilísimo y se vio obligado a reconocerlo. No le gusta que se dé por cerrado el Mundial, pero siempre que ha salido de Alemania como líder lo ha ganado.
Un dato más, por si hacía falta, del destino que espera a MotoGP esta temporada. Viñales celebró como una victoria un segundo puesto que le mantiene en el buen camino y Crutchlow apareció en el podio como actor de reparto. Van cambiando las caras en cada carrera mientras la única que se mantiene es la de Marc. Una dictadura que va a dejar pocas incógnitas para el premio gordo en la segunda parte del año. Habrá que buscar la emoción en pequeñas batallas, como ver si Rossi puede volver a ganar o Lorenzo reaparece con energía y consigue domesticar su Honda.
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