Hungría
Más cerca del oro (13-12)
Las jugadoras españolas se hicieron una sola en la piscina cuando Laura Ester abrió los brazos para cerrar el paso de Hungría a la final. Las emociones contenidas durante el partido estallaron en el agua y las chicas que entrena Miki Oca dejaron escapar la rabia acumulada en el último cuarto, cuando tuvieron que remontar tres goles después de ir perdiendo 9-12 ante Hungría. Entonces, la final parecía una meta imposible. Pero no hay nada imposible para la selección femenina de waterpolo. Nunca se rinden las «guerreras», es una cuestión de fe en sus propias cualidades y más con el apoyo del público, que no dejó de gritar «sí, se puede», cuando España iba por debajo en el marcador. Apretaron en defensa cuando las cosas estaban más difíciles y, a fuerza de ganas y goles, consiguieron remontar el encuentro.
Cuando parecía que el partido se había escapado, apareció Laura López. Marcó el empate a 12 y volvió a surgir del agua para marcar el 13-12 definitivo. Quedaba tiempo todavía para sufrir. Parecía más sencillo en el comienzo, cuando un gol de Jennifer Pareja puso a España con dos goles de ventaja (4-2) en el primer cuarto. Annie Espar ya había contribuido con dos tantos y las jugadoras españolas parecían saber por dónde encontrar los huecos en la dura defensa húngara. Porque las húngaras se emplearon con fuerza, por encima del agua y por debajo, con mucha intensidad. Y así, con una defensa fuerte y un gran acierto en los lanzamientos, sin miedo a la distancia, igualaron el marcador. El partido se convirtió en un juego de estímulo-respuesta en el que los dos equipos marcharon igualados hasta el final del tercer cuarto. Un gol era la máxima diferencia para cualquiera.
Hasta que en el comienzo del último cuarto a España pareció que le podía la presión. Comenzaron igualadas después de un gol de Laura López al final del tercer cuarto. Y llegó el despegue húngaro con el 9-12. Cuando España parecía comenzar la remontada, Roser Tarragó falló un penalti que hubiera sido el 11-12. Había que volver a empezar, pero las españolas nunca renunciaron. Cada ataque del equipo de Miki Oca era una expulsión para las húngaras, pero a las españolas les costaba manejarse con una jugadora más. La estrategia de las húngaras era jugar con tres porteras. A la titular la acompañaba una jugadora a cada lado. España tenía facilidad para mover la pelota, pero dificultades para acertar con la portería. Pero entonces llegaron los goles de Laura López y la parada de Laura Ester para poner a España en el camino hacia la gloria.
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