Mundial de Balonmano

Más rápido, más alto, más fuerte...

Jesús Rivilla se encarga de que los Hispanos mantengan la forma y no acumulen fatiga en el Mundial, en el que pueden jugar diez partidos en 17 días. «El grupo tiene una capacidad de asimilación que no había visto», dice

La selección española debutó con victoria en el Mundial tras imponerse con claridad a Bahrein por 23-33 / Efe
La selección española debutó con victoria en el Mundial tras imponerse con claridad a Bahrein por 23-33 / Efelarazon

Jesús Rivilla se encarga de que los Hispanos mantengan la forma y no acumulen fatiga en el Mundial, en el que pueden jugar diez partidos en 17 días. «El grupo tiene una capacidad de asimilación que no había visto», dice.

«Este grupo tiene una capacidad de asimilación del trabajo que yo no había visto. Después de tres o cuatro sesiones, ya observo cómo han mejorado los datos respecto a sesiones anteriores», cuenta Jesús Rivilla, el hombre que, según sus propias palabras, intentará «poner a punto» a los que él llama «fórmula-1 de nuestro balonmano». Las semanas anteriores al Mundial han sido como una minipretemporada en medio de la temporada con sus clubes, y el objetivo es mantener el estado de forma. El trabajo ha sido intenso antes del comienzo del campeonato. «Este equipo recupera muy rápido, y eso nos permite cargar un poco más, y en 48-72 horas tener un resultado muy positivo. Eso ya lo notamos el año pasado», continúa Jesús.

Los Hispanos son un equipo peculiar en muchos sentidos: no tienen el lanzador tipo de larga distancia. Su fuerza es otra. «A mí me gusta nuestra tipología de jugador y de juego. Somos competitivos, dinámicos, capaces de jugar muy rápido y de forma creativa y variada. Lo que necesitamos es aportar un plus de explosividad y de velocidad a las acciones. Si somos capaces de tener una capacidad de recuperación muy alta para que esa explosividad no disminuya, no perderemos nuestra esencia y podremos competir contra cualquiera. Ojalá lleguen lanzadores a nuestra selección, será un recurso más, pero si no, juguemos nuestras armas», opina el preparador físico de la selección.

Rivilla tiene que ocuparse tanto del cuerpo como de la mente. «Son dos caras de la misma moneda. Cuando la mente está bien y el jugador se siente con chispa, los datos físicos son mejores», explica. Cada mañana, la escena es parecida, jugador por jugador: «¿Qué tal?, ¿Cómo has dormido?» «Una de las novedades de este año es que tenemos un control detallado diario del sueño, estrés, dolor muscular y fatiga general, de ahí que hayamos podido controlar la capacidad de recuperarnos de los días con más carga», desvela. Todo el trabajo es individualizado, por persona y por puesto. «El café con leche para todos sólo funciona en grupos muy inexpertos, y tiene limitaciones», insiste Rivilla. Así, por ejemplo, un primera línea como Raúl Entrerríos «tiene ejercicios para optimizar su capacidad de lanzamiento a media y larga distancia» mientras que los pivotes, como Aginagalde, «los tienen de oposición y rotación para ganar la posición y superar a defensores muy pesados». Con especialista defensivos como Viran o Guardiola se busca «mejorar la fuerza con cargas elevadas porque deben luchar contra oponentes muchas veces por encima de 100 kilos». Los extremos trabajan «con menos carga y a mucha más velocidad» y en los porteros, Gonzalo y Rodrigo, se insiste en «la velocidad y resistencia en tres metros (portería) y seis (área de portería)».

Si toda va perfecto en el Mundial, son diez partidos en 17 días, una paliza para el cuerpo, un factor a tener muy en cuenta. «Llegar frescos es una utopía, yo diría que hay que llegar en condiciones como para que el físico no te reste. Para mí ésa es la primera premisa: que nuestro físico esté a la altura de lo que yo creo que es un gran talento para no perder frescura y dinamismo. Y si conseguimos que el físico sume, que nos dé un punto extra de velocidad, sería fantástico», asegura Rivilla.

La selección mide la velocidad de los lanzamiento con un radar, y la velocidad de ejecución de los ejercicios de fuerza. Eso ya lo hacía el año pasado, en el que ganaron el Europeo. La novedad de éste es un medidor del salto en tiempo real para saber si se acumula fatiga en las piernas. Casi nada queda sin estudiar. «En cuanto al lanzamiento, en el equipo existe mucha igualdad entre los primeras líneas. Entrerríos, Cañellas, Goñi, los Dujshebaev... rondan los 100 km/h. En el salto, así como en la resistencia, los extremos aportan datos muy relevantes, mientras que la fuerza, sobre todo con cargas altas, suele ser coto de los especialistas defensivos y pivotes, a los que se suma Iosu Goñi, un auténtico loco de la fuerza», revela el preparador físico.

Esos tiros, saltos y carreras son los que pueden llevar a España a su tercer Mundial.