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Entrevista

Marc Márquez: “He pensado de todo, hasta en un mal de ojo o algo”

Dejadas atrás y (casi) olvidadas las lesiones de los dos últimos años, el ocho veces campeón del mundo afronta la nueva temporada de MotoGP con «optimismo, ganas» y sin descartar nada

Marc Márquez (Cervera, 29 años) se explica bien, moviendo las manos, riendo. Campeón infinito (ocho Mundiales), en los dos últimos años le ha tocado vivir la otra cara del deporte, las lesiones, sobre todo una en el brazo de la que le han tenido que operar tres veces y que le ha llevado a mudarse a Madrid para tener la zona controlada por los médicos. Y cuando se empezaba a encontrar bien, un problema en la vista. Superado eso, el piloto de Repsol Honda afronta la nueva temporada con ilusión y optimismo.

¿Cómo está su brazo?

Me operan el húmero tres veces; después de la tercera operación, cuando empecé a ir en moto, de nuevo noté unas molestias en el hombro y detectaron unos problemas ahí que aún me estoy tratando, pero estoy mucho mejor, con un gran equipo de doctores, el doctor Samuel Antuña junto al doctor Ángel Cotorro, que me han formado un equipo de fisios, preparador físico... Lo tienen todo muy controlado, lo estoy cuidando muchísimo porque sé que será el punto más importante para mí: mantenerlo fresco esta temporada para luchar por el Mundial.

¿Qué se aprende de todo este proceso?

Sobre todo en la recaída es donde aprendí más. Por la precipitación, por pensar más en las carreras que en tu cuerpo, recaí y se ha alargado todo tanto que llevo dos años y aún hay molestias. Ahí es donde aprendí que el cuerpo lo tienes que cuidar. Cuerpo hay uno, carreras hay muchas. Cuida el cuerpo y tendrás carreras, si no cuidas el cuerpo no habrá carreras.

En eso no hay que ir rápido, al revés que en la pista...

Claro, claro. Y esto me ha ayudado mucho para esta última lesión que he tenido de la vista.

Se juntó una con otra. No sé si llegó a preguntarse: ¿qué pasa aquí con tanta mala suerte?

Ya he pensado de todo, un mal de ojo o algo, ja, ja, ja. Pero sí, parecía que todo salía mal. La primera del brazo; más tarde la segunda operación, que salió mal: estaba bien hecha, pero se infectó, puede pasar en cualquier operación; y después de la tercera intervención salen las molestias en el hombro; y cuando parece que se están solucionando y vuelvo a ganar carreras me lesiono de la vista, visión doble... Pero bueno, todo pasa, todo pasa. Vamos a ser optimistas. Con ganas y optimismo a afrontar este 2022.

¿Miedo a la moto o a pilotar entra en algún momento?

Miedo no, pero sí hay ciertos momentos muy puntuales en una lesión en los que las ganas de coger una moto otra vez se te pasan. Evidentemente, cuando sales de un quirófano así [y dobla el brazo como si tuviera un cabestrillo], pues no tienes ganas de subir a una moto, eres humano, no te voy a engañar. Pero a la que empiezas a estar medio bien ya otra vez vuelve la adrenalina, el gusanillo... Lo necesitas. Lo más duro quizá es esto: la incertidumbre, el tiempo, la paciencia... La paciencia no es respetar el tiempo sino que es mantener una buena actitud y positiva durante todo el proceso.

Hablando de miedo. ¿Cree que los rivales le temen? Pese a sus problemas estos dos años, le dan como favorito.

No siento que los rivales me tengan miedo, pero sí, como yo les tengo a ellos, te tienen el respeto este de que has ganado mucho en el pasado, vuelves de dos años un poquito malos y lo haces con nuevas intenciones. Pero el miedo sólo se lo puedes poner a un rival a base de resultados. Si los resultados son buenos y vas rápido, puedes llegar a ponerle el miedo en el cuerpo, pero esto se tiene que ganar en pista.

Siempre dijo cuando ganaba que lo disfrutaba al máximo...

… Ahora lo voy a disfrutar más.

Aseguraba eso porque decía que sabía que en algún momento podía parar.

Siempre había sido muy realista: he vivido lo más bonito del deporte y he vivido la cara más oscura, los momentos malos, lesiones una tras otra. He vivido el punto más alto: ganar, ganar, ganar y volver a ganar; y el peor que es lesionarse, y cuando sales de una entrar en otra. Esto me hará incluso disfrutar mucho más los buenos momentos porque los malos llegan sin esperarlos. Los buenos los tienes que trabajar, venga, va, el gimnasio, esto, lo otro; pero los malos de un día para el otro te llegan.

En esos momentos de ganar y ganar, ¿se siente invencible?

No te sientes nunca invencible porque sabes dónde estas: estás enfrentándote a los veinte mejores tíos que van en moto y todos van rápido y tienen títulos mundiales, pero sí que alguna vez, muy puntual, tienes algún error por exceso de confianza.