MotoGP
Otro «zasca» de Lorenzo
Segunda victoria consecutiva de Jorge rozando la perfección, mientras en Ducati, donde lo rechazaron justo antes de esta buena racha, no saben qué cara poner en las celebraciones
Segunda victoria consecutiva de Jorge rozando la perfección, mientras en Ducati, donde lo rechazaron justo antes de esta buena racha, no saben qué cara poner en las celebraciones.
Hace un mes, el debate en torno a Lorenzo era si tendría que tomarse un año sabático forzoso. Ahora, la pregunta que le rodea es si tendrá tiempo de reengancharse a la lucha por el Mundial. Después de dos victorias seguidas rozando la perfección, Jorge vuelve a ser la estrella de MotoGP que siempre ha sido y en Ducati no saben qué cara poner. «En la vida puedes pasar de estar muy abajo a estar arriba de un día para otro», reflexionaba el mallorquín, contratado por Honda para las dos próximas temporadas y dándole un «zasca» continuo a los que dejaron de creer en él antes de tiempo.
«Vamos a disfrutar con lo que nos queda de aquí a final de curso», admitía Gigi Dall’Igna, el director deportivo de Ducati y gran artífice del fichaje de Lorenzo. Era su gran valedor y lo sigue siendo, pero sus superiores, especialmente Claudio Domenicalli, bajaron el pulgar al piloto español en Le Mans y esas prisas les van a permitir tener doce carreras para arrepentirse. No hay peor cosa en el deporte que no poder celebrar con rotundidad los éxitos y esto es lo que le pasa ahora a la escudería italiana. Los malos resultados evidentes de Jorge este curso les hicieron dar por supuesto que no volvería a ser competitivo. Además de insinuar públicamente que su relación terminaría a finales de 2018, también filtraron que cualquier piloto de los que ya están dentro de la estructura de Ducati lo haría mejor. Dos grandes premios después Jorge les ha tapado la boca a base de martillazos, como hacía cuando era dominador del campeonato vestido con los colores de Yamaha. Igual que en Mugello, en Montmeló hizo una carrera sin fallos, de principio a fin, calcando los tiempos vuelta a vuelta y haciendo imposible cualquier respuesta, ni siquiera de Márquez. El líder lo intentó hasta la mitad de la prueba, pero cuando se vio muy cerca de la caída supo que tenía que conservar los veinte puntos que corresponden al segundo lugar.
«Jorge ha cogido carrerilla y habrá que detenerlo», reflexionaba Marc, que todavía no siente a su futuro compañero como una amenaza para este Mundial. A pesar de los cincuenta puntos que ha sumado de forma consecutiva, sigue a 49 del liderato. Lo que pasa es que si sigue así, evidentemente habrá que tenerlo en cuenta y nadie se atreve a descartarlo. Ha entrado en estado de gracia y de esta forma es una máquina de ganar. En Barcelona confirmó que su ritmo era el mejor, le costó algo más de la cuenta ponerse en cabeza, pero rápidamente hizo suya la carrera. Su estilo es el de dominar, casi sin adelantamientos, desgastando a todos y no regalando ni una décima.
Un autómata que puede estar más de cuarenta minutos sin cometer un fallo sin dejar de ir al límite. Eso sucedió ayer, como pasaba en 2010 y 2012, los años de sus dos primeras coronas de MotoGP. Es la fórmula del martillo y la mantequilla que él inventó y puso de moda, algo así como apretar al máximo intentando ser al mismo tiempo muy suave en la conducción. Todo va fluido, sin cortes y puede resultar hasta fácil a la vista. Una versión que no había enseñado desde que se enfundó el uniforme rojo y que, de repente, cuando su equipo lo rechaza y el máximo rival se hace con sus servicios, aparece de nuevo para descolocar a todos.
Dovizioso, tocado
Sin saber qué hacer está el italiano, en teoría jefe de filas de Ducati, pero que se ha enredado en los últimos tiempos. Desde que firmó su renovación ha cometido dos errores impropios de él en las tres últimas citas. La frialdad y seguridad que se le suponían se han esfumado y con ellas buena parte de sus opciones de volver a luchar hasta el final, como en 2017. «No podemos mirar demasiado al campeonato después de un error así, mentiría si dijese que no estoy tocado. Jorge ha sido muy veloz, porque es capaz de frenar con la moto recta, y sólo puedo darle la enhorabuena», resumía el hombre fuerte de Ducati hasta que despertó su compañero.
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