Ciclismo
Muere Jaime Mir, el bigote de la Vuelta
Jaime Mir se guardaba de decir su edad. Tenía más de 80 años la última vez que participó en la Vuelta como imagen del equipo Andalucía. Conservaba aún la coquetería de sus tiempos de actor, la preocupación por mantener el bigote en su sitio y la imagen de su equipo en televisión. Era el primero en atender al ganador en la meta, fuera o no de los suyos.
Le gustaba contar historias del ciclismo o de esa vida que le llevó a -ser taxista -de ahí le vino el apodo de Taxi Key- o actor, daba igual que fuera en una película erótica de los tiempos del destape o en un spaghetti western de los que llevaron a Clint Eastwood al desierto de Tabernas en Almería. Al ciclismo llegó por casualidad, como chófer de los primeros periodistas españoles que se atrevían a cubrir el Tour. Guió a los enviados especiales de "Mundo Deportivo"en un Seat 600. Pero poco a poco se hizo imprescindible para todos.
Su bigote entró en todos los hogares españoles en los años 80, cuando la Vuelta descubrió la televisión en directo. Siempre aparecía su bigote al fondo en la llegada con su maillot y su gorra del equipo Teka. Pero su momento de gloria lo había vivido mucho antes, cuando acompañaba a su admirado Luis Ocaña en la disciplina del Bic. Contaba orgulloso cómo había vestido con un maillot del equipo al general De Gaulle. Sin saberlo, había inventado el márketing deportivo.
Después del Teka trabajó en el equipo Festina, golpeado por el escándalo del dopaje y desapareció durante unos años del mundo del ciclismo. Igual que le había pasado años antes cuando tuvo que abandonar el Kas, un equipo de una moral que no cuadraba con su manera de ver la vida. El Andalucía de Antonio Cabello y su inseparable Paco Anguita recuperaron su bigote para la Vuelta. Tenía muchos años, pero también muchos ánimos y la misma alegría de siempre. Ahora, a los 90 años, ha guardado su bigote para siempre.
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