Allá por 2021, la directiva del Everton FC daba una noticia que llevaba años esperando hacer pública: la construcción de su nuevo estadio. Un coliseo "de clase mundial", dijeron en su momento en la propia entidad, que sustituirá al de Goodison Park donde actualmente disputa sus partidos el equipo británico.

Un campo con capacidad para casi 53.000 espectadores en el muelle de Bramley-Moore, en la zona portuaria de Liverpool. Unos 15.000 puestos de trabajo y, según los cálculos del propio club, más de un millón de nuevos visitantes. Todo ventajas. ¿El coste? En torno a los 589 millones de euros. En teoría debería estar listo para el inicio del presente campeonato, pero finalmente desde el Everton anunciaban que no será hasta la 2025-26 cuando hagan efectivo el traslado.

Pero varios vídeos en las redes sociales han levantado sospechas de que, tal vez, en el nuevo coliseo hay más problemas de los esperados. De hecho, las imágenes muestran las galerías y pasillos interiores del estadio completamente inundados por la lluvia. De hecho, se pueden ver también como algunos techos dejan caer intensas goteras.

También se puede ver cómo las escaleras se convierten prácticamente en un arroyo de agua, ante los comentarios sorprendidos de varios trabajadores. Esto, en un lugar como Reino Unido donde la lluvia es un elemento común, deja en entredicho las bondades de la nueva 'casa azul'. Un "estadio de clase mundial frente al mar" que, de momento, hace agua.