Triste final para una batalla de proporciones épicas

Era un partido brillante, tenía todos los ingredientes necesarios para convertirse en una de las mejores, sino la mejor, batalla femenina de los últimos años, y terminó gris, como nadie quería, por la lesión de una de sus participantes.

Las jugadoras estaban en su plenitud, el marcador era muy ajustado y el pádel que estaban disfrutando los aficionados en Valladolid era de otra galaxia, como si el mismísimo George Lucas escribiera un guión de ciencia ficción para plasmar lo que se veía dentro de la pista.

Alejandra Salazar y Marta Marrero vs. Mapi y Majo Sánchez Alayeto, duelo en la cumbre, bien podría ser el título de alguna de sus películas, o de una larga saga, pues las cuatro estaban dando muestras no solo de hambre de títulos, sino de una mentalidad ganadora a la que pocas llegan, un derroche físico excepcional y una entrega cinco estrellas.

Lástima que el guión diese una macabra vuelta de tuerca y, cuando mejor estaba el choque, tras un primer set increíble de golpes y puntos (6-7 para las gemelas) y un segundo que hacía presagiar la igualada (5-4 y 30-15 para Ale y Marta), llegó el revés.

Un globo profundo de Majo a la zona media se lo pedía Ale Salazar para emplear su mejor golpe, la bandeja y tras golpear, tenía la mala fortuna de pisar mal con su pierna izquierda, doblándose la rodilla al caer entre gritos de dolor. Rápidamente se paraba el partido y tanto su compañera como sus rivales corrían a su lado, además del fisio del circuito, los dos entrenadores y las asistencias médicas. Entre llantos y dolores, Salazar se recuperaba poco a poco y tras unos minutos hablando con los sanitarios, volvía a ponerse en pie, pero cojeando sensiblemente y, tras sentarse en el banco y realizar un par de ejercicios con el fisioterapeuta, admitía no poder seguir, en medio de la frustración propia y de su compañera, y la tristeza de dos rivales que admitieron no gustarle el ganar un torneo de esa manera.

El público la aplaudió a raudales, todos de pie, pues sabía de su rabia y de lo que perdía la final con su precipitada conclusión, mientras que la madrileña se marchaba de la Plaza Mayor de Valladolid ya solo pensando en hacerse pruebas médicas que determinen una lesión lo más leve posible.

Desde aquí le deseamos que la lesión no le tenga mucho tiempo apartada de las pistas y al mismo tiempo felicitamos a Mapi y Majo Sánchez Alayeto por su título en tierras pucelanas.

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