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Paz antes de la batalla

De Laurentiis, presidente del Nápoles, y el entrenador Sarri se reconcilian tras la guerra que empezó por la derrota en Madrid.

Paz antes de la batalla
Paz antes de la batallalarazon

De Laurentiis, presidente del Nápoles, y el entrenador Sarri se reconcilian tras la guerra que empezó por la derrota en Madrid.

La conferencia de prensa del entrenador del Nápoles tras la derrota en el Santiago Bernabéu fue como una película surrealista. Los periodistas italianos preguntaban al entrenador de su equipo acerca de unas palabras que acababa de decir el presidente de la entidad y el jefe de prensa del club, sentado al lado del técnico, impedía que éste respondiese. Hablaba él, cada vez más enfadado y por más tiempo. Aquello parecía más una conferencia del encargado de prensa que de Sarri. La derrota había quedado sepultada por las declaraciones del presidente.

Aurelio de Laurentiis, un productor cinematográfico que a principios del 2000 salvó al Nápoles de la quiebra, cuando estaba en la tercera italiana, es quien pone el dinero, el que decide lo que se hace y quien considera que tiene derecho a criticar al entrenador: «Sólo se ha salvado Insigne. Los demás han estado prácticamente nulos. Hay veces que hay que cambiar la táctica. El equipo no ha tenido carisma. No entiendo ciertas decisiones del entrenador pero no le diré nada», dijo tras perder en Madrid.

Y los periodistas preguntaban a Sarri, pero el que respondía era el jefe de prensa, que quería evitar un incendio. Al día siguiente, sin embargo, Sarri habló: «No estoy de acuerdo con lo que ha dicho. Yo decido en este equipo». El caso es que después, al Nápoles, que le había ido casi todo bien durante esta temporada, se convirtió en un equipo muy irregular, como confundido, como tocado.

Hasta que ganó este fin de semana al Roma y ha encontrado una paz, quien sabe si artificial, para el choque de hoy. Presidente y entrenador se reunieron y rebajaron la tensión: «Aquí estamos unidos, no voy a decir de lo que hablamos el presidente y yo. Estuvimos juntos media hora, y durante 28 minutos hablamos de cine», aseguró ayer Sarri, en su comparecencia antes del encuentro.

No quiere más polémicas, sobre todo, no quiere que nada rompa la dinámica del grupo. Fue un hombre del club, Cristiano Giuntoli quien forzó el encuentro y obligó a técnico y presidente a entenderse, según contaba ayer el periódico «La Repubblica». Giuntoli llevó a Sarri por sorpresa a la fiesta de cumpleaños del hijo de De Laurentiis. Allí se encontraron y fueron más o menos obligados a encerrarse solos en una habitación y poner fin a sus diferencias. Por lo que dijo ayer Sarri, han decidido firmar una paz temporal, no hacer mucho ruido antes de que empiece el encuentro. Ayuda a este proyecto conjunto que el Nápoles ganó al Roma el pasado fin de semana y se asienta en la tercera plaza del Calcio. De Laurentiis no tiene, por ahora, motivos para quejarse.

Sarri no negó la cita, pero no dio detalles: «Tengo varias ideas para un guión en la cabeza, espero que lo produzca», bromeaba el entrenador italiano, «ojalá no se enfade con los resultados del equipo, si no me quedo sin películas. De fútbol casi no hablamos, lo hicimos muy en general y sobre el futuro».