Champions League

Real Madrid

Real Madrid-Bayern: Un gen, dos enemigos

Abren la semifinal más clásica. Heynckes, a sus 72 años, quiere disfrutarlo, mientras duda entre Thiago y Robben. Zidane busca la tercera final sin sorpresas en el once.

Último entrenamiento del Madrid, ayer en Alemania. Varane, Bale, Kovacic y Cristiano Ronaldo se preparan para el partido
Último entrenamiento del Madrid, ayer en Alemania. Varane, Bale, Kovacic y Cristiano Ronaldo se preparan para el partidolarazon

Abren la semifinal más clásica. Heynckes, a sus 72 años, quiere disfrutarlo, mientras duda entre Thiago y Robben. Zidane busca la tercera final sin sorpresas en el once.

Hace años, cuando al Real Madrid le costaba todo un mundo, llegar al Olímpico de Múnich era una prueba de fuego para los jugadores blancos. Porque impresionaba el escenario y porque no había nadie que contase una historia feliz de su paso por allí. Sentían lo que todos los demás sienten cuando se enfrentan al Madrid. Pocos rivales tan parecidos al campeón español como el campeón alemán. Ahora, cuando el conjunto blanco ha conseguido que llegar a la semifinales de la Champions sea considerado una rutina, jugar en Múnich es una experiencia totalmente diferente. «Puede pasar de todo, pero para nosotros no existe eso de cagarse en los pantalones», respondía Zidane con las mismas palabras con las que ayer le preguntó un periodista. «Tenemos la suerte de jugar estos partidos, yo disfruto de estas cosas», continuaba el francés, tan relajado como siempre en los días trascendentales.

Todo lo que para el Madrid ha sido sufrimiento y rutina en la Liga, se ha transformado en excitación, poder y emoción en Europa. Ha derrotado al PSG y ha mandado y temblado contra la Juve. «Quizás libere poderes especiales en nosotros. Las emociones siempre juegan su papel. Eso se puede ver en nuestras actuaciones», explicaba Kroos. El mismo conjunto que no pudo con el Athletic en Liga o que empató dos veces contra el Levante es el que da miedo al Bayern, campeón de la Bundesliga, en la final de la Copa y con un plantel de jugadores terrible. «Ha sido una temporada un poco rara y complicada. En LaLiga tienes que estar muy enchufado cada tres días y nosotros no lo hemos estado, sobre todo a principio de temporada, cuando tuvimos muchas dificultades», explicaba Zidane. «No tuvimos regularidad. Ahora estamos en la Champions, en semifinales, y tenemos que aprovechar». Para el Real Madrid, el juicio de esta campaña depende de lo que suceda en siete días. Estos dos partidos justificarán todo o quitarán validez a lo bueno que se ha hecho en los últimos meses de competición.

De todos modos, un clásico como es un enfrentamiento entre el Bayern y el Real Madrid está al margen de lo que se piensa, está al margen incluso de lo que venga sucediendo en los dos equipos. Ambos rivales se han enfrentando tantas veces y han vivido tantas cosas que han construido una relación especial, basada en el respeto y en el temor, en la extraña sensación de que son dos equipos mirándose en un espejo. «Siempre hubo grandes duelos entre Bayern y Madrid. Millones de personas verán el partido por televisión, con pasión, con alegría y también con tristeza. Para un entrenador son momentos estelares, que muchos otros no van a tener. Sé apreciar ese hecho», comentaba Heynckes, que a sus 72 años ya no puede sorprenderle nada en el mundo del fútbol.

Sabe que no habrá sorpresa más grande que un jubilado regrese para derrotar al invencible campeón de Europa. «Mi estilo de liderazgo no ha cambiado. Por supuesto que el fútbol ha evolucionado, pero no dejan de ser personas, seres humanos, los que están en el terreno de juego. Personas con caracteres diferentes y sensaciones diferentes. Mi gran fuerte es mi experiencia, competencia, saber liderar a la gente. Me considero un líder de personas», explicaba ayer frente a la prensa. Para hoy tiene que elegir entre jugar con Robben y Ribery o, lo que es más probable, dejar al holandés para la segunda parte y apostar más por el control con Thiago, Ribery y James arropando a Javi Martínez para controlar la pelota.

Zidane tampoco va a sorprender en un día tan importante. Con Isco ya instalado en el grupo de los jugadores titulares, la única duda del francés podría ser Benzema. «Yo defiendo a Karim y a todos. Voy a defender a mis jugadores hasta que esté en el banquillo del Real Madrid. Son los que me dan la satisfacción cada día. Podemos fallar algún día, pero las gracias se las doy a mis jugadores porque batallan, corren...», decía Zizou sin desvelar nada.