Barcelona
Una cuestión personal
Ángel María Villar celebra hoy el vigesimonoveno aniversario de su elección como presidente de la Federación. Y lo hace enfadado con la propuesta de sanción de la Comisión Antiviolencia por la pitada al himno en la final de Copa. Enfrentado desde hace tiempo con el Consejo Superior de Deportes y con el secretario de Estado, Miguel Cardenal, cree que se trata de un episodio más de la guerra entre los dos organismos.
Antiviolencia pide una sanción de 123.000 euros para la Federación, aunque sólo 18.000 corresponden a la pitada por el himno. El resto se debe a deficiencias en la organización y en la seguridad. Una sanción que en la Federación consideran excesiva.
Pero Villar no es el único molesto con una propuesta que no ha dejado a casi nadie satisfecho. A unos por blanda y a otros, por exagerada. «Consideramos que esta sanción es un despropósito que no tiene nada que ver con los hechos, sino con el momento político que Cataluña está viviendo. Situaciones como ésta habían sucedido anteriormente y no se habían producido sanciones», se queja el presidente del consejo de peñas del Barcelona, Antoni Guil. «El día 4 de agosto, en el consejo previo al Congreso Mundial de Peñas, fijaremos el posicionamiento, la estrategia a seguir y aquellas acciones a desarrollar en los próximos días de acuerdo con la masa social del Barcelona», añade. El club reaccionó el lunes de forma inmediata a la sanción y anunció en un comunicado su intención de recurrir la propuesta de la Comisión Antiviolencia.
«Es absolutamente incomprensible e inadmisible una sanción de estas características, porque las personas se pueden expresar libremente en ejercicio de su libertad de expresión, ya sea silbando o cantando», afirma la vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munté. «Por lo visto, exhibir banderas preconstitucionales es gratis y, en cambio, ejercer la libertad de expresión es castigado y multado, no entiendo qué tipo de estado democrático es éste», agrega.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, no se muestra partidaria de la sanción, pero tampoco de la pitada. «Confío poco en las sanciones», asegura. Pero no le gusta que los eventos deportivos «se tiñan de estructuras de politización». La ex juez defiende el diálogo sobre el castigo.
«No se pueden cometer infracciones impunemente», afirma el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Aunque para algunos miembros de su partido las sanciones dejen casi impunes la pitadas al himno y al Rey. «No se puede consentir lo que ha ocurrido; si hay una pitada al himno o al Jefe del Estado hay que suspender el partido y hacerlo a puerta cerrada», dice Esperanza Aguirre, que considera «risibles» las sanciones propuestas.
Para Cristina Cifuentes, los hechos son «absolutamente reprobables» y se refiere a las multas como un hecho «importante que sirve para sentar un precedente». Sin embargo, no se muestra conforme con la cuantía. «No son significativas. No se sancionan de una manera suficientemente adecuada», lamenta. «Los símbolos en una democracia son fundamentales», dice Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta de Galicia. «Creo que ese tipo de cuestiones no deben pasar gratis», afirma.
La decisión de la Comisión Antiviolencia es sólo una propuesta, porque no tiene potestad para sancionar. Son las delegaciones de Gobierno correspondientes en cada caso las que deban ejecutar la sanción si lo consideran oportuno.
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