Copa del Rey
Unionistas, el equipo que devuelve el fútbol a los aficionados
El rival del Barcelona, fundado por aficionados de la difunta Unión Deportiva Salamanca, heredó el sentimiento futbolístico de la ciudad. Sueña con repetir la remontada de la noche de Reyes del 98
En el verano de 2013 falleció la Unión Deportiva Salamanca y dejó huérfana de fútbol de élite a la ciudad. Murió el club, pero no su sentimiento, que sigue vivo en Unionistas, el equipo que esta noche se enfrenta al Barcelona en los octavos de final de la Copa del Rey mientras el escudo y el estadio de la Unión, el Helmántico, penan por la Tercera División, ocupados por el Salamanca UDS, el otro club de la ciudad.
La rivalidad partió a la Salamanca futbolística en dos durante mucho tiempo. «Sigue habiendo rivalidad, pero ya no se vive como antes. Antes sí porque estábamos en la misma categoría, pero ahora la diferencia de nivel, al ser tan grande, hace que se viva de otra manera. Agradezco que sea mi club el que pueda traer a equipos de tanto nivel, históricos, y que haga vivir a la ciudad el fútbol profesional que había antes», cuenta Héctor Nespral, el capitán de Unionistas. Un club que en apenas diez años de historia ya ha podido cruzarse con el Real Madrid y con el Barcelona.
«Unionistas nace en homenaje a la extinta Unión. Y se está viviendo un cuento superbonito porque yo no sé cuántos equipos diez años después de su fundación han podido meter al Madrid y al Barça en su campo. O llegar en diez años a casi jugar playoffs de ascenso a Segunda División», cuenta Nespral, un asturiano del Oviedo que ya vivió esa misma división en la capital asturiana. «Con el Astur, que en su día el Ayuntamiento le llamó Oviedo ACF, pasó algo parecido y al final el Oviedo histórico sobrevivió», explica.
Él llegó a debutar en Segunda con el Oviedo, pero ahora se encarga de liderar el centro del campo de Unionistas, que en Copa ya han dejado fuera al Sporting y al Villarreal. «Lo del Sporting tiene un componente emocional muy grande. Para mí fue más emotivo, pero el Villarreal requiere un nivel mayor», explica.
Contra el Villarreal jugaba el día 7 de enero, pero se suspendió cuando llegó a la prórroga por problemas en la iluminación del campo, el Reina Sofía. Al día siguiente, un lunes a las cuatro de la tarde, el estadio se llenó para ver la prórroga y cómo su equipo eliminaba a un campeón de la Liga Europa en los penaltis. Una hora después el sorteo les emparejó con el Barcelona. «La gente hizo noche para conseguir su entrada», cuenta Nespral.
En el recuerdo de la ciudad sigue viva aquella remontada contra el Barcelona de la noche de Reyes del 98. Los azulgrana ganaban 1-3 en el minuto 68 y la Unión acabó imponiéndose por 4-3. «La gente quería que nos tocara en el anterior sorteo el Barcelona en vez del Villarreal para rememorar aquella noche que todo el mundo recuerda. Yo no soy de aquí, pero todo el mundo habla de aquel partido», cuenta el capitán de Unionistas.
Nada queda de aquello. Ni siquiera el club, aunque hay un superviviente en el otro lado. Joan Barbará, símbolo y capitán de aquella Unión de finales de siglo, no pudo jugar aquel partido por una lesión de ligamentos que le dejó fuera toda la temporada. Llegó a tiempo de reaparecer en el último partido de la temporada, también contra el Barcelona. Jugó un minuto en la goleada de la Unión en el Camp Nou. Actualmente es uno de los ayudantes de Xavi en el banquillo azulgrana. Ahora esa remontada de la noche de Reyes puede servir de ejemplo a Unionistas para enfrentarse al Barça. «Puede ser buena idea para motivar a la plantilla, lo tendré en cuenta y a ver si podemos ver ese partido todos juntos», decía Nespral hace unos días a La Razón.
Al Barcelona lo recibe en su estadio, el Reina Sofía. Ya no juega en las Pistas del Helmántico, donde jugó el Real Madrid justo antes de la pandemia, pero los problemas no se han acabado. La temporada pasada la Federación exigía cambiar el césped artificial por hierba natural. Un cambio que costaba 300.000 euros que asumieron los socios y simpatizantes del club. «Era inviable porque nuestro presupuesto no llega a los dos millones de euros, es millón y medio largo, y era una cantidad inabarcable», cuenta Nacho Sánchez, el directivo encargado del área social. «Muchos de nosotros, para ayudar al club, adquirimos nuestro carné de socio a diez años vista. Estamos muy agradecidos por el apoyo que tuvimos no solo de Salamanca sino del resto de España e incluso de fuera de nuestras fronteras, añade. «Siempre me consideraré seguidor de la Unión Deportiva Salamanca y estamos orgullosos de cómo estamos honrando su memoria», añade. «Han pagado los aficionados una infraestructura pública, que no recuerdo haberlo visto en ningún lado, para que pudiéramos competir», recuerda Nespral. Porque Unionistas es más que un club.
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