Atletismo
Y al final hasta se frenó
Van Niekerk, al que todos señalan como el sucesor de Bolt, se pasea en los 400 y revalida su título. Su gran rival, el botsuanés Isaac Makwala, se perdió la carrera por una gastroenteritis
Van Niekerk, al que todos señalan como el sucesor de Bolt, se pasea en los 400 y revalida su título. Su gran rival, el botsuanés Isaac Makwala, se perdió la carrera por una gastroenteritis
Una foto como muestra de la superioridad de un atleta. En la imagen de arriba, el que va delante es el surafricano Wayde Van Niekerk y está a punto de revalidar su título de campeón del mundo de 400 metros así, como si nada. Resopla, pero mira de reojo, sobrado. Le faltó silbar. Su marca fue muy buena, por debajo de los 44 segundos, pero al final incluso se frenó, quizá porque veía que no podía batir su propio récord del mundo (43,03) y bajar de la barrera de los 43 como se ha propuesto, o quizá porque aspira a hacerlo en uno de los próximos mítines, en los que la recompensa económica es más jugosa. Sin su gran rival, el botsuanés Isaac Makwala, derrotado por una gastroenteritis ayer mismo por la mañana, la carrera fue un paseo para Van Niekerk. Makwala quiso reapuntarse a última hora, pero la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) le impidió literalmente la entrada al estadio de Londres.
Abusó el surafricano en una prueba de las más complicadas. Los 400 metros son conocidos como la trituradora, la matanza o lindezas así. El motivo es que se trata de un esprint continuado y demasiado largo en el que se sufre mucho. El cuerpo se envenena de ácido láctico, la vista se nubla y entonces por las piernas parece que circula cemento en lugar de sangre. Pesan, son un lastre, y no se avanza. Pero Van Niekerk parece de otra pasta. Muy dado a las lesiones cuando era joven, en una época en la que era un velocista de 100 y 200, cuando se especializó en la vuelta completa al estadio desaparecieron sus males. Bolt, su amigo, con el que ha entrenado varias veces en Kingston, también parece dotado físicamente para los 400, pero siempre huyó de esa distancia porque los entrenamientos son duros, con series que llevan de forma segura a los vómitos y los mareos. Cualquiera lo diría viendo ayer a Van Niekerk. Su zancada larga le hace flotar. Parece que trota, pero avanza con facilidad. Entró primero en la recta y su ventaja no hizo más que aumentar. Hasta que decidió parar. A lo mejor también estaba guardando fuerzas porque en Londres tiene la intención de hacer doblete con el oro en 200. Todos le apuntan como el sucesor de Bolt. Sólo unos minutos después de terminar se le notó la fatiga. Es humano, aunque no lo parezca.
Los hombres que están detrás del surafricano en la imagen están más castigados por la «trituradora». Se pelearon por todo lo que no era el oro y el bahameño Steven Gardiner se ganó la plata y el qatarí Haroun sorprendió con el bronce.
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