Factura de la luz
10 consejos para ahorrar en la factura de la luz en verano
El aumento de las temperaturas estivales dispara el consumo eléctrico en los hogares, pero existen pautas eficaces para aliviar la factura sin renunciar al confort
El verano suele disparar las facturas de la luz por el uso intensivo de refrigeración y electrodomésticos.
Ajustar hábitos y optimizar su uso puede suponer un ahorro considerable. La eficiencia energética no solo beneficia la economía doméstica, sino que mejora la estabilidad de la red en picos de demanda.
Una gestión inteligente de los recursos es clave para el confort sin disparar el contador.
Claves para mantener a raya la factura de la luz este verano
El aire acondicionado puede representar hasta el setenta por ciento del gasto eléctrico en verano. Se recomienda una temperatura entre 24 y 26 grados Celsius, subir un grado ahorra un 8% del consumo. El mantenimiento es importante, con limpieza o reemplazo mensual de filtros.
La ventilación natural es una estrategia sencilla. Abrir ventanas opuestas por la mañana y noche crea corrientes de aire que refrescan. Durante el día, cerrar persianas y cortinas en ventanas con sol directo evita el efecto invernadero.
Los ventiladores son una alternativa eficiente, consumiendo hasta un noventa por ciento menos que el aire acondicionado. Colocarlos estratégicamente mejora la circulación y, al generar frescor, permite subir grados la temperatura del aire.
Mejorar el aislamiento del hogar es una inversión a largo plazo. Un aislamiento adecuado puede reducir hasta un treinta por ciento las necesidades de refrigeración. Sellar fugas en puertas y ventanas o instalar toldos y persianas exteriores son medidas notables.
La planificación en el uso de electrodomésticos es esencial. Usar lavadora, secadora y lavavajillas en horas frescas o en horario valle. Desconectar los aparatos del standby es importante, este consumo "fantasma" puede sumar hasta el diez por ciento del gasto.
En iluminación, la eficiencia pasa por maximizar la luz natural y sustituir bombillas por LED, que consume ochenta por ciento menos energía y genera menos calor. Instalar sensores de movimiento y apagar luces en habitaciones desocupadas son gestos con impacto.
La cocina genera calor. Usar pequeños electrodomésticos como ollas lentas o freidoras de aire, que calientan menos que el horno, es buena práctica. Preparar comidas frías o cocinar en horas frescas ayuda a mantener la casa fresca.
Revisar la tarifa eléctrica es ineludible. Analizar si se ajusta a los hábitos de consumo es esencial para el ahorro. Las tarifas con discriminación horaria pueden ofrecer ahorros al concentrar consumos principales en horas valle.
El calentador de agua caliente también influye. En verano, su termostato puede ajustarse a cincuenta-cincuenta y cinco grados Celsius. Apagarlo o activar el modo vacaciones durante ausencias supone un ahorro adicional.
Finalmente, la energía solar fotovoltaica es una opción de envergadura. El verano ofrece el mayor rendimiento. Los paneles solares pueden reducir la dependencia de la red, generando un ahorro hasta del setenta por ciento en la factura y promoviendo la sostenibilidad.