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Ibex 35, razones de un estancamiento
Las dificultades de las empresas para crecer, la falta de inversión en innovación, y la dependencia del sector bancario o energético destacan entre estos defectos
El Ibex 35 es una larga sombra que recorre la economía española. Unos lo glorifican, y otros lo ponen en el centro de la diana de los problemas de la nación. Pero ninguna de las partes tiene razón. Nuestro selectivo no es competitivo, más bien resulta decepcionante para ser la bolsa de valores de referencia en un país de la élite europea, y una buena cantidad de culpa reside en que sufre, igual que el resto de ciudadanos a la hora de empreder o buscar empleo, los problemas estructurales del tejido empresarial español.
El Ibex está compuesto por las 35 compañías de mayor capitalización del país. En el momento en que usted lee este artículo, más de una cuarta parte del selectivo lo forman solos dos sectores, el bancario con seis empresas (el 17,1% del total) y el energético con cinco (14,2%). Además, se trata de corporaciones con un peso importante en nuestra bolsa, tanto que en términos de capitalización acumulan todavía mayor representación. El financiero, un 21,2% del total y el eléctrico, un 20,9%.
DEPENDENCIA: En definitiva, el Ibex 35 es demasiado dependiente de solo dos sectores tradicionales, y cualquier cambio en ellos afectarán con creces a la cotización conjunta del selectivo. Estas modificaciones, por ejemplo, serán las normativas, a las que están expuestos más que otras actividades económicas.
Los sectores bancario y eléctrico «tienen un riesgo mayor porque están más regulados, viéndose más afectados ante cambios legislativos e, incluso, a intervencionismo en las tarifas, afectando a su generación de beneficios», apunta la directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF), Isabel Giménez.
BANCARIO: Al margen de las modificaciones obligadas por legislación, nunca antes ni el sector bancario ni el energético se habían transformado por necesidad tanto como lo están haciendo en el presente. En el caso de las empresas financieras, se han adaptado a la era digital mediante un rápido proceso que les ha llevado a revolucionar su modelo de negocio y la relación con sus clientes. El efecto tendría que ser positivo para las entidades que ya han apostado por ello. «Los bancos más globales y que ya han invertido cantidades muy significativas en tecnología podrán seguir incrementando eficiencia y se podría esperar, por ende, una mejor evolución con respecto a las entidades más locales», explica el CEO de Wealth Secur y profesor del Centro de Estudios Financieros, José María Alcañiz.
Las entidades también deben aprender a convivir con nuevos actores en el mercado como las fintech. «Nuevos competidores que operan bajo unos criterios muy diferentes han aparecido para arañar rápidamente en la cuota de mercado del negocio más tradicional de la banca retail española», apunta Alcañiz. Así que la banca está abocada a colaborar entre sí o con las recientes apariciones en el sector. En este punto, «otra de las grandes incertidumbres serán las sinergias, también de carácter tecnológico, que se puedan crear en el proceso de consolidación del sector», subraya.
Pero a pesar de que la digitalización y las cooperaciones puedas tener consecuencias positivas para el mundo financiero, hay una mala noticia que contrarresta con contundencia cualquier otra que sea favorable. Se trata de los tipos de interés (impuestos por el Banco Central Europeo), que continúan más reducidos que nunca en la historia desde que se instalaron en 2016, y esta circunstancia se alargará en el tiempo sin fecha límite.
Precisamente, el anuncio de que los tipos de interés perdurarán han provocado que 2019 sea un mal año bursátil para los bancos. A los que en esas condiciones les cuesta obtener beneficios de uno de sus negocios fundamentales, los préstamos. De los seis que se encuentran en el selectivo, solo dos (BBVA y Sabadell) suman una revalorización anual positiva, y no demasiado halagüeñas. La empresa vasca es la 17º con mejor rendimiento en el selectivo en este ejercicio con un +8,26% y la catalana la 22ª con un +4,44%. Bankinter y Santander han caído cerca del 5,5%, Caixabank más de un 12% y Bankia casi un 27%.
Por parte del conjunto del Ibex 35, un año en el que se ha revalorizado un 10% debería ser bueno. Pero si se compara con el resto de bolsas de las grandes potencias, 2019 ha sido un mal ejercicio porque han crecido entre un 20% y un 30%. El analista de XTB, Joaquín Robles, manifiesta que si el selectivo español ha estado por debajo ha sido por la alta ponderación del sector bancario que, como se ha dicho, «está sufriendo unas condiciones financieras bastante desfavorables». Además de la caída de la inversión a causa de la desaceleración económica.
ENERGÉTICO: En cuanto a las compañías energéticas, este año ha sido bueno para ellas, excepto para Red Eléctrica, que se ha desplomado un 4,8%. Esta empresa de distribución puede ser la más castigada por la transición energética si no se adapta a tiempo, y la incertidumbre ha sido uno de los factores de su caída. Mientras, las corporaciones productoras están celebrando su apuesta por las fuentes limpias, uno de los activos que más llaman la atención de los inversores en la actualidad.
El analista de Renta 4 Banco, Ángel Pérez Llamazares, afirma que «las compañías de renovables han tenido cotizaciones positivas en la mayoría de casos y las perspectivas de crecimiento son atractivas». De hecho, Siemens Gamesa ha crecido un 35,20% en bolsa, Iberdrola un 31,66%, Endesa un 24,44% y Naturgy un 8,04%.
Sin olvidar a Acciona, que cuenta con un relevante negocio en infraestructuras de renovables y ha aumentado cerca de un 30%. Las próximas subastas de fuentes de energía limpias serán clave para que ganen peso en el Ibex 35 las empresas que ya pertenecen a él, pero también para otras que podrían entrar en el selectivo si se desempeñan correctamente en la suma de activos renovables y éstos les otorgan un buen rendimiento.
Pérez Llamazares indica que «existen compañías bien posicionadas como es el caso de Acciona, Iberdrola, ACS a través de Cobra, y otras que quieren hacerlo como Endesa o Naturgy, además de empresas petroleras interesadas en diversificar su fuente de ingresos como Repsol o Cepsa, así como fondos de inversión especializados con la posibilidad de financiarse a tasas relativamente bajas. Quizá empresas más pequeñas como Solaria, Grenergy, o de este estilo, por poco que ganen podrían tener un mayor impacto en las mismas debido a su reducido tamaño. De todas maneras, hay que analizar los activos una vez asignados porque parece que las rentabilidades van a estar muy ajustadas».
DINAMISMO: Por lo tanto, los resultados bursátiles de los bancos representan la cruz de los cambios actuales y los de las empresas energéticas, la cara. Igualmente, la alta dependencia de estos dos sectores provoca que el Ibex 35 sea poco dinámico, sobre todo en comparación con las otras grandes bolsas del mundo como el Cac 40 francés, el Dow Jones estadounidense o el Dax 30 alemán. Esta situación provoca que nuestro selectivo sea menos competitivo en el panorama internacional.
El aumento de la diversificación sectorial, comenta Isabel Giménez, «en los índices bursátiles mejora su representatividad y su aproximación al comportamiento del PIB, ayudando a contar con mercados más líquidos y privados, y también a medir y predecir el comportamiento de la economía y conseguir más eficiencia en las políticas económicas».
Además, añade que «la clasificación GICS (Estándar Global de Clasificación Industrial del S&P500) de los valores cotizados diferencia entre bienes de consumo discrecional, bienes de consumo básico, energía, financiero, salud, industrial, materias primas, tecnologías y utilities. Un Ibex “enriquecido” debería tener valores de referencia en todos estos subsectores».
TECNOLOGÍA: En esa diversificación sectorial, resulta relevante para el Ibex 35 incorporar empresas tecnológicas, porque son las que marcarán el ritmo bursátil en el futuro cercano. «Sería importante que en España hubiera empresas de carácter tecnológico que fueran líderes en sus negocios y que luego pudieran ser listadas en el selectivo», señala Alcañiz. Para conseguirlo, resulta necesario «apoyar la creación de empresas tecnológicas e incentivar la inversión en capital riesgo y en mercados alternativos de capitales», destaca.
Ya se está demostrando lo fundamental de la tecnología en los mercados bursátiles. «Este tipo de compañías son las que mejor comportamiento han tenido en los ultimos años», sostiene Joaquín Robles. E Isabel Giménez subraya que «las tecnológicas han impulsado el S&P500 y el Nasdaq». Dentro de este último índice, Apple se ha revalorizado un 70,20%, Nvidia un 60,28», Facebook un 53,23%, Seagate Technology un 49,31% o Microsoft un 48,79%.
El único valor del Ibex 35 que se puede comparar con todas estas empresas norteamericanas es Amadeus (y el año pasado entró en la bolsa de la eurozona, EURO STOXX 50). Robles destaca esta empresa por su fuerte apuesta por la innovación y el desarrollo. Esto le ha hecho convertirse en una referencia tecnológica dentro del sector turístico y, así, su valor bursátil se ha multiplado casi por siete en la última década.
No obstante, al margen de este ejemplo, España carece de empresas tecnológicas con la suficiente proyección como para entrar en el Ibex 35 y posicionarse en un puesto relevante en el selectivo. En este sentido, Indra, una de las compañías de nuestra bolsa con una mayor representación de la tecnología dentro de sus líneas de negocio, es la penúltima corporación del Ibex menos capitalizada. De ese modo, su supervivencia en el índice no está garantizada porque su capitalización podría verse superada por la de otra interesada en entrar en el parqué.
FALLOS ESTRUCTURALES: Respecto a las próximas incoporaciones al Ibex 35, el pasado jueves el Comité Asesor Técnico del selectivo se reunió para valorarlas. Sacyr, FCC, Almirall, Gestamp o Vidrala son las empresas que más posibilidades tenían para entrar en el índice. Mientras, la que estaba más claro que lo abandone es Ence, con una capitalización bursátil inferior a los 1.000 millones de euros. Finalmente, el CAT decidió no realizar cambios. Al menos hasta marzo de 2020, cuando el comité vuelva a reunirse para estudiar nuevas entradas y salidas.
La cifra de capitalización de Ence es bastante ridícula para una compañía que forme parte de una bolsa de referencia de una potencia económica mundial. Pero es que, según Joaquín Robles, el Ibex 35 tiene un buen número de corporaciones con una capitalización muy pobre si se compara con el resto de parqués nacionales de países como Francia, Alemania o Reino Unido.
Y, por esa misma dificultad de crecer, las empresas españolas que entran en el Ibex 35 «tienen muy pocas posibilidades para terminar poseyendo cierto peso», dice Joaquín Robles, quien pone el ejemplo de Masmóvil, la última incorporación al selectivo (en junio de 2019 a cambio de Técnicas Reunidas) y que solo cuenta con una capitalización ligeramente superior a los 2.500 millones.
Estas cifras tan bajas, en buena parte, se deben a los obstáculos con los que se topan nuestras empresas para crecer. Este es un fallo estructural pendiente de resolver, igual que mejorar el fomento de la creación de empresas y de la innovación. Una tarea pendiente fundamental de realizar para optar a tener una bolsa nacional competitiva.
2020: Por último, hará falta resolver estos defectos para que el Ibex 35 supere la barrera psicológica de los 10.000 puntos, ese límite tan deseado que el selectivo abandonó en mayo de 2018 y no ha vuelto a recuperar. En 2020 debería hacerlo, según BBVA Asset Management, que le estima un potencial del 15% frente al 10% del resto de bolsas europeas y del 3% para la renta variable norteamericana.
La causa de que la previsión para el selectivo español sea mejor que para los demás está en el valor del Ibex 35. Sus valores son baratos respecto a los de otros parqués. Por lo tanto, podría resultar más atractivo para los compradores.
Sin embargo, el Ibex 35 aún se encuentra a 600 puntos de su meta. Hay ciertos analistas que no descartan que el sprint de las dos últimas semanas del año pueda revalorizar la bolsa hasta volver sobre las cinco cifras, pero la mayoría de los estudiosos bursátiles no confían en ello.
Alcañiz también cree que se pueden obtener los 10.000 puntos si el año se cierra a niveles actuales porque se esperan buenos rendimientos de los activos. «Sería razonable que en esta fase del ciclo bursátil la renta variable ofrezca rentornos del entorno del 7%. Es coherente con el crecimiento de los beneficios empresariales a largo plazo y unas expectativas muy moderadas de inflación del entorno del 1%», explica Alcañiz.
Pero muestra cautela, pues recuerda que «hay que tener en cuenta factores de riesgo al alza. Éstas son, como se ha comentado antes, el carácter todavía financiero del índice, una mayor desaceleración de la prevista, tensiones comerciales y políticas a nivel nacional y global, los niveles excesivos de deficit público y deuda o la excesiva dependencia de la política monetaria son factores que deben factorizarse apropiadamente».
Por su parte, Joaquín Robles opina que el Ibex 35 «tiene muy difícil alcanzar los 10.000 puntos el próximo año a pesar de que no está muy lejos». «Las perspectivas a medio plazo son malas», añade. Tiene sus razones de peso. Las condiciones económicas están empeorando para las empresas, también para las que conforman el selectivo, debido a la ralentización. Y se demuestra en que hay datos como los de producción industrial o confianza corporativa en mínimos. Por lo tanto, concluye, la única manera de que el Ibex 35 vuelva a los cinco dígitos sería porque se produjese casi un milagro, «un repunte extraordinario gracias a, por ejemplo, que se firme un acuerdo comercial importante o que el Brexit termine teniendo consecuencias positivas para nuestras empresas».
Obviamente, será igual de importante que se forme un Gobierno en España de una vez por todas. Los mercados lo están desean, incluso a uno que no sea del agrado de los mismos, como el que parece que terminará liderando el futuro próximo del país (una coalición PSOE-Podemos). Aunque en un primer momento el Ibex 35 cotice al alza porque nuestro país haya logrado superar el bloqueo político, promete ser una legislatura convulsa para el selectivo español, que podría verse gravemente afectado por los castigos tributarios a la banca. La incertidumbre está al acecho.
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