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La nueva moda inmobiliaria en Estados Unidos: vivir en un silo de misiles nucleares
Dos de estas instalaciones se han lanzado al mercado en Arizona y han tenido mucho éxito por un precio de casi medio millón de dólares
No hace falta que nadie nos diga que “el reloj del Apocalipsis” esté a 100 segundos de su fin para que algunos hayan pensado en prepararse para lo peor fruto del cambio climático o de las guerras. Así algún nostálgico y más de un cospiranoico han abierto los ojos como platos cuando han visto la oferta que acaban de lanzar en Arizona: por un módico precio puedes tener tu propio búnker en unas instalaciones donde hasta hace unos años se guardaban los misiles nucleares Titán II.
Y es que la agencia inmobiliaria Zillow ha puesto a la venta el complejo de misiles Totán II en Oracle, Arizona, por el módico precio de 495.000 dólares. “Esta es tu oportunidad de tener uno d elos complejos de misiles Totán II en Estados Unidos” dice el anuncio. Destacan que su fabricación es de incuestionable fiabilidad también gracias a su “diseño característico”. La extensión de la propiedad es de 4.700 kilómetros cuadrados y “panorámicas excepcionales de las montañas de Catalina”.
Además, el anuncio destaca que “está en condiciones extraordinarias con accesorios intactos”, incluyendo todas las tuberías y conducciones al uso. El agua de la ciudad cercana fluye hasta las instalaciones y el lugar más cercano para conseguir comprar lo necesario para subsistir está a tan solo 15 minutos. Entre los complementos que ofrece, “Internet y televisión”.
Como gastos totales se estiman unos 2,401 dólares al mes teniendo en cuenta el monto principal de 1,864 al mes; 363 dólares de IBI; 173 dólares de “seguro del hogar”. Incluye “valla de alambre de púas”. En principio se admitían ofertas hasta el 20 de enero pero la oferta no ha fructificado y se ha extendido. Pero es un caso aislado: “estos silos reciben mucha sofertas. El primero que se puso a la venta apaeció en noviembre de 2019 en 395.000 dólares y se acabó vendiendo por 420.000”. EL agente Grant Hampton cuenta que los planes de algunos clientes pasan por “contruir la casa en la parte superior y convertir la parte inferior en la última cueva del hombre”. Y los proyectos comerciales no son menos ambiciosos: Las grandes ideas van desde alquileres de Airbnb, hasta instalaciones de marihuana medicinal y hasta un “complejo semi subterráneo para personas con sensibilidades electromagnéticas”.
Sitios con historia
Construido en la década de 1960 durante la Guerra Fría, estos silos secretos existieron en tres estados: 18 cada uno en Arizona, Arkansas y Kansas. Originalmente diseñados para un despliegue de 10 años, los misiles permanecieron en funcionamiento durante unos 24 años y tuvieron que ser monitoreados las 24 horas del día, con personal comiendo, durmiendo y trabajando en el sitio. Se accede a ellos mediante ascensores y escaleras y están equipados con trampillas de escape, las instalaciones ahora necesitan ser completamente reconstruidas.
En la década de 1980, el programa Titan II fue desactivado. Cincuenta y tres de los sitios fueron cerrados, parcialmente demolidos y sellados. El resto ahora es parte de un museo ."Es bastante raro que aparezca uno [a la venta], y mucho menos tres en un período de aproximadamente tres meses", dice Hampton. “Todos los complejos Titan II fueron construidos con los mismos estándares y diseño”, explica. “Creo que cuando los desmantelaron, pensaron que nadie los pisaría nunca más”, dice Hampton.
Para entender mejor la puesta a disposición del público de estos lugares y su desmantelamiento vea este vídeo:
El otro enclave fue desmantelado en 1984 y su dueño lo encontró cuando excavó en su propiedad en 2016. “Este lugar es una cápsula del tiempo. Dejado adentro: un periódico de 1984, documentación de los comandantes a los oficiales, ¡ y una Pepsi! El sitio también tiene un pozo y electricidad”, dice Hampton.
Según confirman a LA RAZÓN desde la empresa que vende el silo Hampton Group, el suelo en la superficie del búnker es susceptible de ser urbanizada, con lo que poder tener una casa a la altura del suelo y todo un entresijo de una base militar de misiles en el sótano, pero que también puede ser utilizada para plantar semillas. Además ellos mismos te enseñan la parcela si estás interesado en comprar y “según su ubicación, las claves para bajar al silo es mediante un candado que asegura la tapa de acceso”. El segundo edificio, el de Benson, está cerrado por temor al vandalismo “y sólo se ha accedido a él dos veces desde que se desmanteló en 1984”. Sobre todo no sufra por el aislamiento, porque a una posible sensación de claustrofobia está la cuestión que nos confirman desde Hampton Group: “La ventilación necesita ser restaurada”. Qué alivio.
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