Economía

El déficit se desboca hasta el 2,7% en el primer año completo de Gobierno de Sánchez

Los números rojos de las cuentas españolas aumentan por primera vez desde 2012. Se complican las futuras negociaciones para lograr apoyo financiero y solidario de la Unión Europea para abordar las consecuencias económicas del coronavirus

Coronavirus crisis in Spain
El incumplimiento de los compromisos de déficit complicará a Pedro Sánchez las negociaciones con la Unión Europea para obtener ayudas y solidaridadBORJA PUIG DE LA BELLACASA HANDOEFE

Las complicaciones se acumulan encima de la mesa del Presidente del Gobierno. Él ya sabía que el dato era malo y, por eso, el Gobierno no había adelantado nada. No es ni mucho menos su máxima preocupación ahora, pero complica sus planes, sobre todo en su intención de lograr la solidaridad europea en la crisis del Covid-19. El déficit de las Administraciones Públicas alcanzó el 2,7% del PIB en 2019, el primer año completo en el que Pedro Sánchez ha estado al frente del Ejecutivo. La cifra absoluta se dispara hasta los 33.233 millones de euros, 2.728 millones más que el año anterior. También es la primera vez desde 2012 que las cuentas públicas no mejoran. Además, ese 2,7% -una cifra similar había sido adelantada por varios expertos y también por este diario- supone incurrir en varios incumplimientos, que puede pasar factura a España en momentos tan delicados como los actuales.

Deficit Público
Deficit PúblicoJosé Luis Montoro

En primer lugar, el equipo de Sánchez, con Nadia Calviño de adelantada, se había comprometido con la Unión Europea a que el déficit no superara el 2%, aunque de manera tácita estaba admitido que se rebasara de forma mínima ese porcentaje. En segundo lugar, en 2019, los gastos públicos han crecido más que los ingresos, otro de los puntos esenciales de los acuerdos alcanzados con Bruselas y que, en última instancia, son los que permiten que España haya podido pedir prestado en los mercados y obtener fondos a tipos de interés testimoniales, en algunos casos a coste “cero” e incluso con intereses negativos. Todo se cimentaba en el compromiso español de avanzar, antes del Covid-19, hacia el equilibrio de las cuentas. El 2,7% no solo certifica los incumplimientos españoles, sino que da alas a las críticas –por injustas, egoístas y repugnantes que sean- de países como Holanda y a sus más que reticencias a colaborar solidariamente -con mutualización de deuda- con España, y con otros Estados del sur, en la batalla contra el Covid-19 y en la futura reconstrucción de las economías. El desbocamiento del déficit se agrava porque el INE (Instituto Nacional de Estadística) también acaba de certificar que la economía española, con un aumento del 2% del PIB, fue la que más creció de los principales países de la Unión Monetaria. No obstante, ritmo el crecimiento, medido en términos interanuales, ya había caído al 1,8 en el cuarto trimestre de 2019, en el que el PIB aumentó un 0,4%, como el trimestre anterior.

El 2,7% de déficit está también a distancias siderales de las previsiones iniciales para 2019, realizadas en 2018 por el Gobierno de Mariano Rajoy, que tenía el objetivo de dejarlo en el 1,3% del PIB. Sánchez, tras sus primeros meses de Gobierno en 2018 negoció elevar ese límite hasta el 1,8% en una primera ocasión y, más tarde, las habilidades de Nadia Calviño -no en vano es una alta funcionaria de la Unión Europea-, permitieron una mayor flexibilidad hasta el 2%, después de que 2018 terminara con un 2,5% de déficit, lo que rompía el logro alcanzado en 2017 de cumplir, por primera vez en un decenio, con las previsiones. Los famosos “viernes sociales” antes de los dos periodos electorales de 2019, así como los aumentos del salario de los funcionarios y de las pensiones están detrás de que se haya disparado el déficit, algo que puede tener consecuencias en las inevitables negociaciones con la Unión Europea para obtener más financiación. El problema fundamental, no obstante, es que mientras el gasto crecía un 4,1%, 20.500 millones, los ingresos sólo lo hacían un 3,8%, 17.774, lo que ha llevado el déficit hasta los 33.233 millones que, en 2020, se multiplicarán por dos o incluso por tres, según algunos analistas.

La deuda pública, por otra parte, alcanzó los 1,118 billones de euros al final de 2019, la cifra más alta de la historia al término de un ejercicio. Representa el 95.5% del PIB y es 16.513 millones superior a la de diciembre de 2018, pero 14.957 millones inferior a la del tercer trimestre de 2019, periodo en el que se había invertido la tendencia alcista en de la deuda, algo que ahora también se truncará por la necesidad del Estado de allegar recursos, en forma de más deuda, para acometer la batalla contra las consecuencias económicas del Covid-19. España tampoco ha aprovechado los últimos años de bonanza para reducir la deuda pública. Todo lo contrario, en la práctica, la ha aumentado -tanto los Gobiernos de Rajoy como de Sánchez- y eso también será algo que reprochen los países del Norte cuando el inquilino de la Moncloa reclame su solidaridad.