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Macroeconomía

Fedea augura el caos económico si la crisis dura más de un año: un 18% menos de PIB y un déficit del 15%

Hacienda perdería 75.000 millones en ingresos,mientras que las prestaciones por desempleo y por cese de actividad irían incrementándose hasta los 24.124 millones a final de año

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Fedea augura una durísima vuelta a la normalidadRUNGROJ YONGRITEFE

España puede llegar a sufrir una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) de 18%; el déficit se disparará hasta el 15% y la recaudación tributaria menguará en más de 75.000 millones de euros. Este es el tenebroso futuro que augura la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en su último informe económico, al que llegaremos si la economía tarda quince meses en recuperar la normalidad tras la crisis del coronavirus. En un escenario más a corto plazo, hasta final de año, Fedea calcula que el desplome de los ingresos tributarios será de unos 60.000 millones de euros; la caída del PIB del 13,4% -que son 4,2 puntos superior a la previsión de caída del 9,2 % que contempla el Ejecutivo en el Programa de Estabilidad y Sostenibilidad Financiera que envió a Bruselas-; y el déficit superior al 5% -dato que no se veía desde los años 50 del siglo pasado-.

El profesor de Fedea, Ángel de la Fuente, ha publicado un informe sobre las implicaciones macroeconómicas y presupuestarias del coronavirus. En sus conclusiones, el economista cree que el daño total “dependerá de su duración”. Para su estudio ha tomado como punto de partida la caída del 5,2% intermensual registrada por la economía en el primer trimestre del año, conforme a los datos publicados por el lnstituto Nacional de Estadística (INE), y extrapola linealmente otros indicadores conocidos como las cifras de evolución del desempleo. Su estimación, teniendo como referencia el cálculo de caída de la Contabilidad Nacional, concluye que el PIB caería un 5% si la recuperación tardase apenas tres meses a contar desde el inicio del proceso de desconfinamiento en abril y se ampliaría hasta el 18% si se extiende quince meses, mientras que el 9,2% proyectado por el Gobierno para 2020 lo ve compatible con una salida en seis meses. Para aumentar el temor a los que nos espera, De la Fuente indica que “estas previsiones seguramente pecan de optimistas porque no tienen en cuenta las posibles complicaciones a las que se van a enfrentar las empresas en su vuelta a la actividad”, por lo que, en el mejor de los casos, una contracción del 5% ya sería la peor registrada desde el año 1955. Incluso bajo hipótesis optimistas sobre la duración de la perturbación, el déficit se incrementaría en más de seis puntos de PIB en 2020, acercando esta variable a los peores registros de la historia moderna, y pudiendo llegar al 15% del PIB.

El golpe también impactará sobre las cuentas públicas. Y no sólo por el aumento exponencial del gasto -solo en abril y mayo, el informe calcula un gasto en prestaciones por desempleo y por cese de actividad de unos 7.977 millones de euros, que iría incrementándose hasta los 24.124 millones a finales de año, frente a los 21.724 millones que calcula el Programa de Estabilidad-, sino por la merma de ingreso tributarios -incluyendo el retroceso en las cotizaciones sociales-. El informe cifra su caída entre 25.000 millones y más de 75.000 millones de euros, en función de que la vuelta a la normalidad para el conjunto de sectores industriales fuera de tres o de 15 meses -60.000 millones hasta diciembre o 40.000 si la normalización llegara en 6 meses, en septiembre-.

Para Fedea, el shock inicial de la pandemia ha sido “seis veces más grande de lo que podría parecer a primera vista en base a los datos trimestrales y supone caídas de actividad de más del 50% en varios sectores”. La actividad del sector industrial se redujo un 16% en esa quincena estanco y apenas se contrajo un 8% en el sector financiero, de banca y seguros, mientras que en el sector que engloba la Administración pública, educación y sanidad subió un 2% por los esfuerzos desplegados ante la emergencia sanitaria con la pandemia. Sin embargo, sectores como el comercio, el transporte o el turismo han sufrido unas paralización cercana al 70% en muchos casos y la construcción se acercó al 52%.

De la Fuente considera que en el proceso de desescalada habría que “equilibrar los costes económicos y los riesgos sanitarios” y, para ello, apunta como conveniente un aumento de los test y del rastro de contagios con medidas que permiten reducir los riesgos como son el teletrabajo, la protección en los centros de producción, en el transporte público, en el comercio y en la prestación de servicios presenciales.