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Margrethe Vestager: «Hay muchas razones para aprobar ya en julio el Fondo de Reconstrucción»

La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea asegura que "la velocidad es esencial para que se puedan mantener puestos de trabajo y para que Europa no se quede atrás"

Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea.
Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea.La RazónLa Razón

La danesa Margrethe Vestager (Glostrup, 1968) es lo mas parecido que existe a una estrella en la habitualmente  gris burbuja de los pasillos comunitarios. La pasada legislatura se ganó fama de luchadora implacable contra los abusos  de los  gigantes tecnológicos y no le tembló el pulso a la hora de imponer cuantiosas multas  a Apple o Google. Durante este mandato, la presidenta Ursula Von de Leyen la ha convertido en uno de los tres vicepresidentes primeros de su ejecutivo. A la todopoderosa cartera de Competencia se le ha unido el reto de la digitalización de la economía europea. Vestager no se arredra. Ni ante las presiones de Berlín y París que presionan para  relajar las normas sobre fusiones, ni ante Trump que se niega en redondo a la denominada tasa Google, ni ante China. La política del partido liberal atiende a LA RAZÓN en una entrevista conjunta con otros medios internacionales.

¿Qué espera de la próxima cumbre sobre el fondo de Reconstrucción? ¿Cree que es imprescindible un acuerdo en julio antes de la pausa del veranopara los países más castigados por el coronavirus como España o Italia?

Una decisión en esta cumbre es valiosa en sí misma. Si tenemos ya un acuerdo podemos empezar a poner en marcha los planes de los Estados y que todo se ponga en funcionamiento. La velocidad es esencial aquí, obviamente para las personas que pueden no perder su trabajo y que su medio de vida no esté en peligro lo que redundará en una recuperación más rápida, pero también desde el punto de vista geopolítico ya que Europa no quedará atrasada sino que volveremos a ponernos en pie y podremos trabajar en todos nuestros planes de digitalización y lucha contra el cambio climático para hacer nuestras sociedades más fuertes. Así que hay muchas razones para llegar a un acuerdo ahora en julio. Sé la posiciones y la necesidad de negociar pero creo que Charles Michel (presidente del Consejo) está trabajando muy duro para encontrar un acuerdo de compromiso.

Con la flexibilización de las normas sobre ayudas de Estado debido a la pandemia se ha dado a algunas empresas y países una gran ventaja competitiva. ¿Cómo va a lidiar con eso en el futuro?

Desde luego, nos lo tomamos muy en serio. Una de las razones por las que todavía tenemos reglas sobre las ayudas de Estado  es porque queremos hacer las cosas de manera concienzuda. Tomamos dos decisiones  al día, así que la fragmentación es lo más limitada posible para el Mercado común. Algunos Estados pueden gastar más que otros, no porque puedan hacer más de lo que necesitan sino simplemente porque pueden  permitirse lo que ellos creen que es necesario.   Alemania es la líder absoluta, con más o menos la mitad de las ayudas. El segundo tercio lo ocupan Francia, Portugal Italia y otros con un 15% cada uno y el resto se sitúa por debajo del 5%. A esto se le suman  los esquemas generales de ayudas que no necesitan nuestra aprobación. Por supuesto, hay un lado bueno en esto porque el gasto alemán permite a las empresas mantener a sus proveedores ocupados y a lo consumidores cubrir sus necesidades , es importante. Además, hemos pedido a Alemania que gaste durante los últimos 10 años y ahora lo hace a lo grande  con casi 2.3 billones de euros acumulados.

El riesgo de fragmentación está ahí y por eso hemos propuesto el plan de Recuperación, Next Generation,  para que independientemente de lo que hagan los Estados, haya una recuperación común. Hay un instrumento específico, que es el fondo de solvencia para empujar a inversores privados hacía empresas que de otra manera no podrían reponer su capital. La segunda fase del coronavirus será más de solvencia que de capital y vemos que hay empresas en algunos países que no pueden confiar en el Estado. Por eso proponemos este instrumento europeo, con dinero europeo, para países dónde las empresas estén en una situación precaria.

Este instrumento de solvencia para las empresas, ¿podrá empezar a funcionar este año?

Sí, esto lo que estamos planeando, pero depende mucho del Consejo y del Parlamento. Es un nuevo instrumento, tal y como hemos visto con el SURE para ayudar a los parados.  Pero definitivamente necesitamos este instrumento este año y por eso ha empezado también la tramitación en el Parlamento.

¿Cuándo terminará esta relajación temporal de las ayudas?

Para algunas partes terminaremos ya este año, pero para el capital necesitaremos algo más de tiempo debido a la naturaleza de estas operaciones. Tenemos que seguir las dinámicas de esta crisis.  Ahora mismo no sabemos si vamos a tener otra segunda  caída en la economía, puede que haya destellos pero realmente no sabemos como afrontarlo. Puede haber países con muy pocas víctimas pero muy afectados por la crisis económica. Si recuerda con la crisis financiera hubo entidades golpeadas al principio y otros países que lo sufrieron después. También debemos ver si los Estados hay temas que todavía no han afrontado. Por ejemplo, la situación de las start-up. No queremos sacrificar el potencial de estas empresas si finalizamos este marco temporal demasiado pronto.

Su posición es que los políticos no pueden elegir a los ganadores y que por eso necesitamos igualdad de condiciones competitivas. ¿Cómo se conjuga eso con la idea de definir ecosistemas estratégicos? ¿intenta no ceder a las presiones de Alemania y Francia para relajar la normativa de fusiones para crear campeones europeos? (Posibilidad a la que España se opone)

Lo más importante es tener un sector industrial fuerte y una competición justa, son los dos reversos  de la misma moneda.  Con unas condiciones en un campo de juego nivelado, las empresas intentan hacerlo lo mejor posible. Pero hay diferentes ecosistemas horizontales, a veces hay barreras a la competencia justa o fallos de mercado en sectores específicos que necesitan la fuerza necesaria para competir. Por ejemplo en microelectrónica o las baterías eléctricas. Por eso  hemos permitido los denominados Proyectos de Interés Europeo.

Por eso es importante  que en cada Estado miembro que tengamos negocios de todos los tamaños que se apoyen unos en otros. Tenemos malos ejemplos en la Historia de lo que pasa cuando seleccionamos ganadores, incluso después de la Gran Depresión en Estados Unidos se relajaron las normas de competencia.  Después, todo el mundo se dio cuenta que esto había lastrado la recuperación económica con todo lo que esto implica. Es importante que todo esto esté alineado. La política industrial no necesita la vieja escuela de los políticos que escogen a sus favoritos,  asegurando con subsidios lo que no pueden compensar para no se sabe qué.

¿Cómo va a probar la Comisión Europea que países terceros como China  hayan  pagado subsidios a una empresa que opera  en la UE?

 Hacemos una clara distinción entre inversiones extranjeras directas y subsidios. Si hacen que las empresas europeas tengan más difícil competir, no es inversión sino injusticia. En el libro blanco  (documento de propuesta no legislativo) hay dos ámbitos En las fusiones, será obligatorio notificar que la adquisición ha sido posible gracias a un subsidio extranjero. Puede considerar esto ingenuo.  Puede ser que el interés europeo sea permitir esta adquisición, entonces se hará un balance. Si no se notifica pero después se descubre, comenzará un procedimiento que puede terminar en multa si no se ha hecho lo correcto.

La segunda parte tiene que ver con los negocios ya llevados a cabo a partir de la información de  mercado, quejas o la propia investigación de la Comisión Europea. No es tan  complicado  ver si hay subsidios como qué hacer con ello. Es difícil devolver ese dinero, en la UE tienes que devolver la ayuda al Estado que te la concedió. Estamos preguntando si deberíamos tener poderes para que los subsidios paguen la investigación, se comparta el conocimiento o la infraestructura.

¿Estas medidas no pueden afectar a las inversiones extranjeras cuándo la débil economía europea tras el coronavirus puede necesitarlas?

Lo que debilita a la economía son los subsidios extranjeros. Aquellos que vienen con malas intenciones y debilitan la situación de muchas compañías que no tienen estas ayudas sin control y sin transparencia para ayudarles en sus balances. Creo que estamos en el momento adecuado  para hacer este trabajo.

¿Cree que será posible alcanzar un acuerdo en la OCDE sobre la tasa Google tras la negativa de Trump?

Espero que EEUU vuelva, el mensaje ha sido ambivalente y es importante que aún formen parte de la discusión. El Comisario Phil Hogan (comercio) ha sugerido un Consejo de alta tecnología en pos de la cooperación UE-EEUU. Sería mejor un consenso global, es lo que queremos. Si no puede ser, iremos solos para que las empresas que están pagando sus impuestos no se encuentren con competidores que no lo hacen. No tiene nada que ver sobre de dónde sea la compañía sino de hacer negocios con las mismas normas.