Unión Europea

Aviso holandés a Sánchez: “Busque una solución dentro de España”

El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, ha advertido al presidente español de que el acuerdo sobre el Fondo de Reconstrucción "no va a ser fácil"

Rutte insta a Sánchez "a buscar una solución" dentro de España a postpandemia
primer ministro holandés, Mark Rutte (d), recibe este lunes en La Haya al presidente español, Pedro Sánchez. Minutos antes de comenzar la reunión con Sánchez en su residencia oficial de La HayMoncloa / Fernando CalvoAgencia EFE

La gira del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para intentar ablandar a los halcones del norte no ha comenzado con buen pie. La primera parada en el camino tuvo lugar ayer en Haya con el encuentro celebrado con el primer ministro, Mark Rutte antes de cenar hoy en Berlín con la canciller alemana Ángela Merkel y terminar su periplo europeo en Estocolmo con una cita con el jefe del Ejecutivo sueco, Stefan Löfven. El tiempo apremia y no se puede desaprovechar ninguna oportunidad de cara a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas los próximos viernes y sábado, la primera presencial desde el estallido del coronavirus, y que tiene como objetivo llegar a un acuerdo sobre el Fondo de Reconstrucción europeo por valor de 750.000 millones de euros. Italia y España serían los países más beneficiados de esta ayuda, al ser los más golpeados por la crisis.

Pero el primer mensaje recibido en La Haya es de los que desalientan al más optimista. Cómodo en su papel de hueso duro de roer, el primer ministro holandés instó a España a «buscar una solución dentro de España y no en la Unión Europea», y ha reconocido que «no va a ser fácil» llegar a un acuerdo, precisamente en el momento en el que arrecian los rumores sobre la necesidad de convocar una nueva cumbre a finales del mes de julio o, quizás, tener que esperar a después de la pausa veraniega, lo que tan sólo conseguiría agravar la situación. «Es vital lograr un acuerdo en el próximo Consejo Europeo, perder más tiempo solo retrasará la recuperación», advirtió ayer Sánchez vía Twitter tras el almuerzo, como una muestra de que Rutte, en privado, fue tan duro como en público. El tiempo juega en contra de España y hay quién está dispuestos aprovecharse de ello.

El pasado viernes, el presidente del Consejo, Charles Michel, presentó una nueva propuesta en aras de reconciliar las posturas entre Norte y Sur y con importantes contrapartidas a los países acérrimos defensores de la ortodoxia presupuestaria, también agrupados en el bando autobautizado como «frugales» y que está formado por Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia. Pero lejos de calmar las aguas, esta nueva propuesta parece haberles hecho redoblar las presiones. Reformas, reformas y más reformas. Sólo así España se salvará a sí misma y tendrá acceso al «maná europeo», que vuelve a convertirse en un amargo jarabe, a pesar de que todo indicaba que los tiempos de las troikas y los hombres de negro habían llegado a su fin.

Este grupo está razonablemente satisfecho después de que Michel haya endurecido las condiciones para acceder a los fondos, pero nada indica que se vayan a conformar. Todo apunta a que van a seguir plantando batalla. En el nuevo texto develado el viernes, será necesaria la luz verde de las capitales por mayoría cualificada después de que el Ejecutivo comunitario examine los planes de reformas enviados por las capitales que soliciten estas ayudas.

El dinero deberá emplearse en la digitalización de la economía y la lucha contra el cambio climático, pero además se deberán respetar las recomendaciones efectuadas por Bruselas dentro del procedimiento habitual del Semestre Europeo, y que en el caso de nuestro país abogan por asegurar la sostenibilidad de las pensiones y no dar pasos atrás en la reforma laboral, entre otras recomendaciones. Los halcones del Norte se felicitan de que el examen no quede en manos exclusivamente de la Comisión Europea –a la que consideran demasiado laxa–, pero defienden que el sistema de mayoría sea por unanimidad, con el objetivo de que un solo país puede bloquear del desembolso. Con lo cual, el derecho de veto que tendrá cualquier capital puede acabar con todas las esperanzas españolas de abrir el grifo a un vaso sin fondo.

Además, queda en el aire cómo podrá influir en este examen el incremento del déficit público –cuando la bula otorgada por Bruselas a la hora de cumplir los límites del Pacto de Estabilidad y Crecimiento llegue a su fin–, ya que el 30% de las ayudas llegarán a partir del año 2023

En otro momento, las declaraciones de Rutte podrían haberse interpretado como una mera escenificación, tan habitual como punto de partida de las negociaciones. Pero hace tiempo que las dinámicas han cambiado en el club comunitario, como muestra la rebelión contra la candidatura de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, a la presidencia del Eurogrupo, realizada por los países pequeños en contra del criterio de los grandes del club como Francia, Alemania e Italia.

Hasta hace poco, siempre se daba por supuesto que el liderazgo moral alemán siempre hacía que los halcones del Norte acabaran volviendo al redil en el momento en el que la brújula de Berlín viraba y señalaba el camino, pero en esta ocasión las cosas no parecen tan fáciles. El éxito de la cumbre que se comenzraá este viernes en la capital comunitaria dependerá de la capacidad del eje franco-alemán para tender puentes, después de que Berlín y París hayan cruzado el Rubicón y defiendan una emisión de deuda conjunta de la zona euro por valor de 500.000 millones de euros en transferencias directas no reembolsables. Un principio que sigue causando sarpullidos al club de los «frugales», defensores de que la ayuda directa llegue a través de préstamos y no de subvenciones a fondo perdido.