Ahorros

Para mí, este es el truco perfecto para ahorrar: te ayudará a llegar a final de mes

La regla de las 72 horas emerge como un método sencillo pero poderoso para frenar los gastos impulsivos y mejorar tu salud financiera

Es importante inculcar la cultura del ahorro en jóvenes
Es importante inculcar la cultura del ahorro en jóvenesLR

La persistente subida de precios en productos básicos, energía y servicios ha puesto a prueba la capacidad de ahorro de los hogares. Con la inflación erosionando el poder adquisitivo, llegar a fin de mes se ha convertido en un desafío diario para muchas familias que ven cómo sus ingresos se estiran al límite.

En este escenario económico complejo, la presión sobre las finanzas personales es constante. No solo los gastos fijos o imprevistos complican el panorama, sino que factores menos tangibles como las compras emocionales o impulsivas pueden desequilibrar un presupuesto ya ajustado.

Encontrar estrategias efectivas para contener el gasto no es solo una cuestión de disciplina, sino a menudo de aplicar métodos prácticos. Implementar pequeñas reglas o "trucos" puede ser clave para lograr un control del gasto más eficiente y consciente en el día a día.

La regla de las 72 horas: Esperar para ahorrar

En este contexto de ajuste económico, emerge una estrategia sencilla conocida como el "truco de las 72 horas", un método diseñado específicamente para ayudar a posponer tres días cualquier compra no esencial, brindando así un margen para la reflexión, según apuntan desde 20minutos. Esta técnica no se aplica a las adquisiciones necesarias y habituales, como la cesta de la compra o el pago de facturas, sino que está enfocada en esos artículos que se perciben como caprichos o deseos momentáneos.

La mecánica es simple pero poderosa: ante el impulso de comprar algo que no figura en la lista de necesidades básicas, uno se compromete a esperar 72 horas antes de tomar la decisión final. Durante este tiempo de espera, la persona tiene la oportunidad de evaluar serenamente si el artículo es realmente deseado o si la urgencia inicial responde a un estado emocional, un estímulo pasajero o la mera disponibilidad.

Expertos en comportamiento del consumidor señalan que muchas decisiones de compra impulsivas están ligadas a emociones intensas o a la búsqueda de alivio temporal. Al introducir este lapso de tres días, se permite que la intensidad emocional disminuya, facilitando una perspectiva más racional. Este período de reflexión a menudo revela que el objeto del deseo no era tan imprescindible como parecía, y el impulso de compra simplemente se desvanece.

Aplicar sistemáticamente esta regla puede tener un impacto relevante en las finanzas personales. Al evitar gastos superfluos y adquisiciones impulsivas, se libera dinero que puede destinarse al ahorro, a cubrir gastos inesperados o simplemente a llegar a final de mes con una mayor holgura y tranquilidad financiera.