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Unión Europea

La debilidad de Sánchez y de España en Europa

Son tantas las dudas para un acuerdo, que ya hay reservadas salas para un nuevo encuentro a finales de la próxima semana

Pedro Sánchez y, por lo tanto, España acude hoy a la Cumbre Europea, primera de carácter presencial en Bruselas desde hace muchos meses, en una posición de extrema debilidad: vamos a pedir y no tenemos mucho que ofrecer a cambio, y así la negociación es prácticamente imposible. El elemento más importante a nuestro favor es que la UE no se puede permitir el lujo de dejar caer a dos países de la importancia y peso de España e Italia, porque estaría en juego su propia supervivencia. Es lo único que nos puede salvar. Los mandatarios llegan a esta cita sabiendo que es muy urgente conseguir un acuerdo, tanto sobre el Marco Presupuestario 2021-27 (no llega a 1,1 billones de euros) como sobre el Fondo de Recuperación, que, según la propuesta de la Comisión Europea, debería estar dotado con 750.000 millones de euros.

Si no se aprueba este último pronto, y si las medidas de apoyo a la economía europea tardan en entrar en vigor, disminuirá una parte de la eficacia que pueda llegar a tener. Lo recordó ayer mismo la francesa Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo. Sin embargo, son tantos los palillos que deben tocar los jefes de Estado y de Gobierno y los aspectos que deben tener en cuenta, que conseguir un acuerdo es como lograr la cuadratura del círculo. La delegación alemana, que ostenta la Presidencia del Consejo de Ministros durante este semestre lo tiene claro, pero ni siquiera su peso y su poder dentro de la UE garantizan el pacto.

Son tantas las dudas, que ya hay reservadas salas para un nuevo encuentro a finales de la próxima semana. Además de las posiciones que lleven a Bruselas cada uno de los países, hay que contar también con lo que diga el Parlamento Europeo, que tiene amplios poderes en materia presupuestaria, y con lo que pueda suceder en los parlamentos nacionales, especialmente en el caso de aquellos estados en los que sus Gobiernos penden de un hilo, como es el caso de Holanda, a la cabeza de los ahorradores, y de España, que pasa por ser una de las campeonas del gasto. Conviene recordar que vamos a pedir y que habrá mucha condicionalidad, lo quiera Sánchez, o no.