Aseguradoras

La mayor longevidad abaratará los seguros de vida un 30% en 2021

Las aseguradoras tendrán un periodo transitorio de hasta cinco ejercicios para ir adaptando estas actualizaciones.

Una investigación analiza la relación entre la esperanza de vida laboral y la esperanza de salud
Una investigación analiza la relación entre la esperanza de vida laboral y la esperanza de saludCIPRI PASTRANO DELGADOLa Razón

Tanto los seguros de vida como los de decesos que se comercializan en España podrían ser “hasta un 30 %” más baratos a partir de ahora, gracias a la actualización de las tablas biométricas con las que se calculan las primas y que reflejan la mayor longevidad de la población. El primer impacto para el sector será un déficit de 1.726 millones de euros que las empresas tendrán que dotar para acomodar su solvencia y provisiones a una esperanza de vida superior a la existente hace más de dos décadas, pero en fuentes del organismo confían que se traduzca también en rebajas de algunos precios medios.

Aunque la Administración no puede hacer público el impacto individual, cada compañía está obligada a indicar en sus cuentas anuales el importe del ajuste que tendrá que realizar. Sin embargo, tendrán un periodo transitorio de hasta cinco ejercicios -contando a partir de 2020- para ir adaptando estas actualizaciones. La nueva normativa recogía un periodo inicial de tres años, pero la situación actual derivada de la pandemia del coronavirus ha aconsejado ampliarlo por dos anualidades más. “Se trata de dar cierto margen adicional a las compañías en su proceso de adaptación teniendo en cuenta la situación”, han señalado las mismas fuentes. Con todo, durante los ejercicios 2020 y 2021, las aseguradoras tendrán que dotar como mínimo el 25% de la diferencia que surja de la aplicación de las nuevas tablas biométricas. En esta línea, puede ser que algunas entidades apliquen el 25% al cierre de este ejercicio o lo repartan en función de sus circunstancias.

La fórmula actual, que tiene en cuenta las probabilidades de mortandad para un colectivo de personas en función de parámetros como la edad o sexo, data de hace más de 20 y se había quedado desfasada con el aumento de la esperanza de vida. Los nuevos parámetros o revisados estarán este año en vigor tras su pronta publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), según indicaron este jueves fuentes de la Dirección General de Seguros y Planes de Pensiones, que ven “evidente que tiene que producirse una reducción de las primas” en seguros como los de vida y decesos, ya que uno de los parámetros para su cálculo es la hipótesis biométrica y, si disminuye su cómputo con la actualización al tener en cuenta una mayor esperanza de vida, debe tener un reflejo en las primas.

En seguros de vida riesgo estiman como ejemplo que “posiblemente tiene que haber una rebaja muy importante que podría estar, en función del tipo de producto y en función de la entidad, en un mínimo entre 20% y 30% del importe la prima”, aunque matizan que el precio final no se fija solo en base a los años que vivimos sino que influyen otros aspectos como las políticas comerciales y de fidelización. “El hecho de que haya más longevidad y se estén utilizando tablas antiguas implica que se está recargando técnicamente las primas que se cobran a los asegurados, por eso esta modificación tiene un efecto directo o tendrá un efecto directo sobre las primas que pagan”, ilustran las fuentes consultadas.

Otra cobertura susceptible de tener alivio es el seguro de decesos, que, según indican, suele contratarse además en edad muy joven, siendo en muchos casos la primera póliza que se suscribe junto a la del vehículo. No obstante, las mismas fuentes precisan que su abaratamiento o no dependerá también de cómo haya afinado ya sus precios cada compañía. No en vano, en el sector hay empresas que en un ejercicio de “prudencia” han ido adelantando ya las provisiones a realizar para ajustar sus cálculos a las nuevas tablas biométricas, y otras dispondrán ahora de 5 años para acomodar sus provisiones a la nueva realidad contable.

En el cálculo de dichas tablas no se ha tenido en cuenta la situación excepcional creada por la Covid-19, pero sí ha influido en los plazos de adaptación a la norma, ya que inicialmente se había previsto que las compañías realizasen el ejercicio en tres años y, aunque el acopio de provisiones deberá ser lineal en los cinco años, de manera excepcional se permite que acumulen el 25% de las provisiones que les falte en el bienio 2020-21. Cada compañía podrá decidir si realizar el esfuerzo este año, el próximo o repartirlo.

Para que no vuelva a ocurrir como ahora y las tablas estén lo más ajustadas posible a la realidad, la norma que introducirá estas tablas en breve con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) impondrá la creación de una Comisión de Seguimiento, conformada por representantes de la Administración Pública, el Instituto de Actuarios y de compañías aseguradoras. Su misión será revisar la adecuación de las tablas a la esperanza de vida, teniendo entre sus primeros retos analizar si el impacto del coronavirus es estructural o se convierte en un factor coyuntural, y con la exigencia por ley de tener que actualizar las tablas o revisar sus factores más relevantes una vez, como mínimo, cada diez años. La futura normativa establece unas tablas generales, pero las entidades podrían desarrollar sus propios sistemas en función de su histórico de riesgo, aunque cualquier modelo interno propio deberá ser aprobado de forma específica por el supervisor para que pueda aplicarse.

Cabe señalar que las nuevas tablas no son de uso obligatorio. Cada compañía puede utilizar sus propios modelos, pero siempre con la condición de que reúnan unos requisitos de rigor técnico y financiero que logre una autorización administrativa por orden ministerial, de ahí que el impacto no será igual para todo el sector. Un caso habitual es que las compañías aseguradoras utilicen el modelo de referencia, pero generen a su vez unas tablas específicas para colectivos de asegurados con peculiaridades, que tienen que justificar ante el supervisor. De hecho, en el caso español hay pocas entidades aseguradoras que usen modelos internos, y mucho menos en el de las grandes aseguradoras, que tienen una gran masa de clientes y requeriría de la identificación de características muy específicas. “Para las grandes compañías, con un gran volumen de clientes y una menor especificidad, las tablas de referencia tienen más sentido”, han añadido fuentes de la Dirección de Seguros.

A la hora de calcular las primas en el negocio de los seguros de vida se tienen en cuenta los tipos de interés fijados por el Banco Central Europeo (BCE) o el propio mercado, así como las hipótesis biométricas sobre longevidad. A partir de estos datos se calculan las provisiones técnicas a efectos contables y de solvencia. En líneas generales, la Dirección de Seguros ha establecido dos tablas. Por un lado, se han fijado unas tablas biométricas para los seguros de supervivencia y ahorros, que pretenden garantizar que las entidades sigan disponiendo de un nivel de solvencia adecuado.

La Dirección nombrará también una comisión de seguimiento para garantizar que los datos no vuelvan a quedarse desactualizados y que vigile la evolución de la longevidad y la esperanza de vida, para evitar así que las tablas queden desactualizadas como ha ocurrido ahora. Este órgano está ya tramitándose a través de un Proyecto de Ley. Asimismo, se ha fijado un periodo mínimo de revisión de diez años.