Gordie Howe: Así construye ACS el puente atirantado más grande de Norteamérica

El paso fronterizo entre Windsor (Canadá) y Detroit (EE UU)es uno de los más concurridos de Norteamérica y es de vital importancia para la economía y la industria de ambos países, especialmente para el sector del automóvil. Por eso, tanto Washington como Ottawa consideraban de vital importancia descongestionar las rutas terrestres que ahora existen. Para hacerlo, se pensó en una solución de altos vuelos: un gran puente sobre el río Detroit, el Gordie Howe, que será la infraestructura atirantada de este tipo más grande de toda Norteamérica y de cuya construcción se está encargando el consorcio Bridging North America, formado por ACS Infrastructure (Iridium), la constructora estadounidense Fluor y la constructora canadiense Aecon.

El proyecto, valorado en 2.480 millones de euros, incluye la construcción del puente en sí y otras instalaciones esenciales como los puertos de entrada canadienses y estadounidenses, además de conexiones mejoradas con la I-75 (la principal carretera interestatal norte-sur del país) y mejoras en las carreteras locales. Siendo de lejos el puente atirantado más largo de América del Norte, con casi un kilómetro de longitud y anclado sobre torres de 210 metros de altura construidas en tierra, este puente único presenta sus propios desafíos a pesar de no requerir de trabajos en el agua. “Entre los mayores desafíos se encuentra su carácter internacional, que obliga a cumplir con los estándares tanto de Estados Unidos como de Canadá en materia de diseño y construcción”, explica Aaron Epstein, consejero delegado de Bridging North America, a la publicación especializada ENR. “Eso es increíblemente único. Lo que hemos hecho es crear dos equipos separados y coordinar los esfuerzos por separado. No contamos con el lujo de tener capital humano que pueda moverse”, lamenta. Se estima que una vez que éste esté finalizado, en total, habrán participado en el proyecto unas 2.500 personas.

Trabajo a ambos lados

Epstein explica que la construcción se está produciendo simultáneamente en ambos lados del río. En recientes fechas, los equipos a ambos lados del río han finalizado importantes trabajos preparatorios en dos grandes áreas de trabajo de aproximadamente 600.000 metros cuadrados. Además, el consorcio está muy cerca de concluir el diseño. En el lado estadounidense, después de finalizar la instalación de los desagües para el drenaje, dará comienzo la primera fase de llenado. En el lado canadiense, la construcción comenzará en un par de meses después de la instalación de 133.000 desagües para el drenaje. Para finales de 2021 deberían estar terminadas las nuevas rampas y mejoras de tres nuevos puentes que cruzan la I-75.

En cuanto al puente en sí, los equipos de construcción han instalado ya seis ejes perforados para cada una de las dos principales torres de apoyo en el norte y en el sur a través de varias capas geológicas de suelo sobre una base de piedra caliza. Además, una serie de ejes han sido perforados para construir los pilares traseros que anclarán el puente principal. Con las obras subterráneas finalizadas, la construcción de las patas de la torre se completará en su mayoría vertiendo grandes cantidades de hormigón. “Nuestro objetivo es conseguir que la forma quede instalada en las cuatro torres antes de Navidad. Cuando las torres estén completamente construidas, medirán 221 metros de altura”, asegura Epstein.

Cuando esté finalizado, el puente contará con seis carriles (tres por sentido) y su vano principal, el más largo de Norteamérica con más de 850 metros, no tendrá pilares en el agua. El contrato de Bridging North America incluye asimismo tanto la construcción y mantenimiento de las instalaciones fronterizas en Canadá (530.000 metros cuadrados) y en Estados Unidos (680.000 metros cuadrados) incluyendo todos los edificios para el control de pasajeros y vehículos, así como trabajos de rehabilitación de la autopista I-75 que conecta la ciudad de Detroit con el puente.