Estadísticas
Los autónomos pierden horas de trabajo, ganan la mitad y afrontan problemas financieros por la pandemia
Un estudio de UPTA confirma la pérdida de ingresos de casi el 90% de los autónomos, casi el 60% ha recurrido a las ayudas y solo el 1% ha podido acceder a formación en el SEPE. Eso sí, el 59% cree que 2021 será mejor
No son buenos tiempos para el trabajo autónomo. La pandemia, las restricciones, los confinamientos y la crisis económica derivada de esta situación ha llevado a miles de autónomos a tener que cerrar sus negocios temporalmente, acudir a los ERTE o a solicitar la prestación por cese de actividad o directamente optar por la bajada definitiva de persiana. Varias encuestas y estudios realizados en las últimas semanas ponen de manifiesto la crítica situación de este colectivo. En esta situación, el 58% de los autónomos ha recibido alguna de las ayudas ofrecidas por parte de las distintas administraciones, siendo en un 65% de los casos una cuantía superior a los 2.000 euros. El 82% de éstas han sido ayudas por cese de actividad del Gobierno central y el 18% restante corresponden a asignaciones promovidas por los gobiernos autonómicos o municipales. Por otro lado, el 45% de los trabajadores por cuenta propia sondeados reconoce que su facturación ha descendido en más de un 50% en comparación al año 2019, para el 88% de ellos su facturación media ha sido inferior a 20.000, , según se desprende de la encuesta realizada entre el colectivo por la asociación UPTA.
Por otro lado, el estudio ‘La racionalización de los tiempos de trabajo, la conciliación y la igualdad II’ realizado a más de 3.000 autónomos por UPTA pone de manifiesto que los autónomos españoles no saben qué es eso de la jornada semanal de 40 horas semanales que establece el Estatuto de los Trabajadores. Más de la mitad superaban las 160 horas de trabajo al mes. Pese a ello, la pandemia ha reducido el número de autónomos que trabaja más de 40 horas a la semana y ha pasado de ser casi el 50%, cuando antes de la crisis este porcentaje se situaba en el 33%. Los trabajadores por cuenta propia que dedican a su negocio entre 20 y 40 horas semanales han aumentado, siendo el 44% antes de la pandemia y ahora más del 50%. En cuanto a la organización de la jornada laboral, ahora son menos autónomos los que utilizan la jornada partida, el 39%, y también los que optan por la jornada intensiva. La franja horaria comprendida entre las 14 horas y las 15 horas sigue siendo el momento que suelen elegir la mayoría de los autónomos para realizar la pausa de la comida. La salida del trabajo después de las 19 horas ha descendido en un 22% en la situación actual. Antes del Covid-19, el 30% afirmaba terminar después de esa hora.
Para el presidente de UPTA, Eduardo Abad, “es necesario afianzar programas específicos para una mayor gestión del tiempo de trabajo” y “siendo España un país con bajos índices de productividad, y largas jornadas de trabajo, la transformación digital es fundamental, nos abriría las puertas a la evolución y la creación de nuevos modelos de negocio”. También abogó por “nuevas formas de asociación y colaboración que amplíen las perspectivas económicas”.
Un estudio realizado por ATA, UPTA y Uatae muestra que la actividad formativa sigue siendo el talón de Aquiles de los trabajadores por cuenta propia. El 36,4% de los autónomos no ha realizado ninguna actividad formativa en el último año, frente al 24,3% que sí ha optado por formarse. Por género, entre el 50% y el 60% de hombres y mujeres, respectivamente, asegura no haber recibido ninguna actividad formativa durante 2020. Sectores como el transporte, la agricultura y ganadería, la construcción y la hostelería aseguran que no han recibido acción formativa en el último año, frente al 75% de los autónomos pertenecientes al sector sanitario que sí se ha formado.
Abad criticó que los contenidos, duración, metodología y horarios de las acciones formativas que se ofrecen “nada o poco tienen que ver con las singularidades del autónomo que sufre una excesiva carga de trabajo y que tiene que compatibilizar su jornada laboral, su vida familiar y la formación”. El presidente de UPTA también destacó que “tan solo el 1% de los autónomos españoles ha podido acceder a las acciones formativas desarrolladas por el Servicio Público de Empleo (SEPE), es el dato más bajo de todos los países desarrollados del marco de la UE”. Sin embargo, Abad cree que hay una luz para la esperanza en este año recién estrenado, ya que según su encuesta el 59% de los autónomos encuestados creen que el año 2021 será mejor que el actual.
No son tan optimistas ni tienen buenas previsiones, por ejemplo, los autónomos catalanes. El 85% de ellos no podría aguantar las nuevas restricciones de una tercera ola de la pandemia y tendría que cerrar definitivamente su negocio, según una encuesta de la patronal Pimec, que muestra que este colectivo es el que sufre con más intensidad esta crisis. El sondeo muestra también que el 44% de ellos tendría problemas, pero podría continuar su actividad, mientras que el 40,9% se vería abocado al cierre definitivo. La encuesta muestra que el nivel de actividad de los autónomos continúa siendo inferior al de toda la economía y que el 18,3% de ellos no tiene actividad, frente al 9,9% que estaban en estas circunstancias en septiembre.
El principal problema al que se enfrentan los autónomos es el descenso de las ventas, seguido del pago de impuestos, el pago de cotizaciones a la Seguridad Social y el pago de suministros de luz, agua y gas. Ocho de cada diez autónomos siguen sufriendo problemas de tesorería, el 86,4% prevé problemas financieros en el futuro, el 25% cree que estos problemas llegarán antes de finalizar 2020 y un 48,9% los prevén para el primer semestre de 2021. Los sectores más afectados por la pandemia siguen siendo los relacionados con la hostelería, la restauración y otros servicios muy pequeños, muchos de los cuales están cerrados desde el mes de marzo, como los de ferias y eventos, determinadas franjas de la cultura o el ocio infantil.
Como en la encuesta de UPTA, para 2021 mejoran sus expectativas, pero predominan las negativas y el 65,1% de los encuestados anticipan caídas de la actividad, mientras que sube del 6,5% al 17,4% los que esperan que la actividad sea similar a la del año 2020. El riesgo de cierre de la actividad se incrementa hasta el 36,5% de los autónomos, cuando en septiembre este porcentaje estaba en el 31,2% y, en julio, en el 28,7%.
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