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Santander descarta fusiones y reclama al Gobierno ayudas directas para las empresas

Quiere evitar una crisis de solvencia tras provisionar 12.600 millones y presentar por primera vez un balance negativo

El poder de Ana Botín en LinkedIn
El poder de Ana Botín en LinkedInBanco SantanderLa Razón

«No tenemos ninguna intención ni objetivo de comprar entidad alguna, ni en España ni en el resto del mundo este año. No nos interesan las fusiones». Así de contundente se mostró ayer la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, que reiteró con firmeza que queda «totalmente descartado» cualquier rumor sobre el posible interés de la entidad que preside por alguna firma de la competencia. «Harían falta cambios regulatorios en Europa para que esto fuese algo que nos pudiese interesar», confirmó Botín, que centrará todos los esfuerzos de la entidad en desarrollar «el negocio digital».

La presidenta del mayor banco de España hizo esta afirmación en la rueda de prensa posterior a la presentación de los resultados del cuarto trimestre de 2020. Ante analistas e inversores presentó con aplomo y serenidad unos resultados marcados muy negativamente por la pandemia. Por primera vez en su historia reciente, el Santander registró unas pérdidas de 8.771 millones de euros en 2020, tras aumentar las provisiones para blindarse la crisis del coronavirus y asumir un deterioro de 12.600 millones. Su objetivo, protegerse del deterioro de valor de algunas de sus filiales –Reino Unido, Estados Unidos y Polonia, principalmente– y poder afrontar su última reestructuración interna.

Botín se agarró al beneficio ordinario, el que tras excluir esos ajustes contables sumó en su haber 5.081 millones de euros. Aunque resulta un 38% menos que un año antes, va en línea con el objetivo que avanzó en octubre.

Y eso también le sirvió a los mercados para sostener el valor bursátil de la entidad, que ayer subió un 0,67 % en la Bolsa española. Sus títulos lograron cerrar en positivo a 0,67 euros por acción, aunque muy por debajo de las fuertes alzas que había acumulado al inicio de la sesión, en la que llegó a elevarse por encima del 3,5% en algún momento del día.

Junto al CEO de la entidad, José Antonio Álvarez, la presidenta del Santander se mostró optimista de cara a 2021, año en el que buscará «un crecimiento rentable» invirtiendo y expandiendo los «negocios de bajo consumo de capital y generadores de comisiones como SCIB, banca privada y pagos».

Eso sí, no quiso perder la oportunidad de lanzar un aviso de navegantes al Gobierno al reclamar ayudas directas para autónomos, pymes y empresas más afectadas por la pandemia, más allá de las medidas impulsadas hasta el momento para dar liquidez y fomentar el crédito. «Es el momento ayudar con liquidez para mantener la solvencia, no para crear más deuda. Así lo han hecho en casi todos los países», por lo que pidió al Ejecutivo, «y me consta que lo están haciendo», que se aprueben «lo antes posible» esas ayudas. Su idea, según expuso, pasa por sostener a las empresas que tengan planes viables porque eso contribuirá a que «la economía se recupere más rápido y la contribución sea mayor sobre el conjunto de la sociedad y el empleo». Su objetivo final es evitar que la crisis económica provocada por la pandemia se convierta en una crisis financiera que eleve la morosidad a ratios insostenibles. Botín ofreció al Gobierno la colaboración de la banca para desarrollar ese plan de ayudas.