Vivienda

Las familias cuarentonas con hijos compran casas; las parejas jóvenes las alquilan

Los datos de las agencias inmobiliarias reflejan la dualidad del mercado español: accesible para la adquisición para unidades familiares de 40 años con ahorros y ceñido al arrendamiento para los de menos edad

Anuncio de viviendas en alquiler en Valencia
Anuncio de viviendas en alquiler en ValenciaBiel AliñoAgencia EFE

España es el país de la dualidad económica. Hay una evidente dualidad laboral entre los que tienen un contrato indefinido y los trabajadores temporales; también existe otra con un mercado inmobiliario pujante y de altos precios y otro de costes más contenidos. Y relacionado con la vivienda, hay una España que se puede permitir comprar vivienda y otra, la de los jóvenes, que en su inmensa mayoría está condenada vivir de alquiler porque sus finanzas e inestabilidad laboral no le dan para comprar. Esta última dualidad queda claramente de manifiesto en la “Encuesta sobre las personas vendedoras, compradoras, arrendadoras y arrendatarias de viviendas a través de Agencias Inmobiliarias durante 2021″ elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI) y la Asociación de Inmobiliarias de la Comunidad Valenciana (ASICVAL).

Según asegura el sondeo, el perfil más frecuente de las personas que durante el periodo transcurrido de 2021 han gestionado la compra de viviendas con agencias inmobiliarias ha sido el de familias con hijos, con una edad media de 42 años y con ahorro personal que buscaban una primera residencia. El de los inquilinos, por el contrario, responde a parejas sin hijos con una edad media de 32 años y en busca también de vivienda habitual.

Entre los que han comprado una vivienda a través de una agencia inmobiliaria que no son familia, los compradores individuales han sido en su mayoría hombres. Los precios más demandados se han situado en una horquilla de los 150.000 y los 200.000 euros, mientras que la fórmula de financiación más recurrente ha sido la combinación de ahorro personal e hipoteca, seguida del préstamo hipotecario total y de algún tipo de combinación financiera que ha requerido de una aportación familiar.

Perfil del propietario

El perfil más frecuente de las personas propietarias de viviendas en alquiler gestionadas en 2021 por las inmobiliarias participantes en la encuesta ha sido también el de familias con hijos o hijas cuya intención era la obtención de rendimiento de la inversión realizada en la compra o el cambio de residencia. La edad media es de 46,9 años. La mayoría de los inmuebles habían sido previamente la primera residencia de sus propietarios, que en más de la mitad de las ocasiones han contratado algún tipo de seguro frente a posibles impagos.

Si muchos jóvenes, como pone de manifiesto esta encuesta, no pueden lanzarse a comprar vivienda es porque no tienen ahorros para afrontar los pagos iniciales. Por eso, la FAI propone que las administraciones avalen el 20% de los precios de compra que los bancos no suelen prestar en las hipotecas, en los casos de falta de ahorro pero solvencia financiera para la devolución del préstamo; faciliten el cambio de uso de inmuebles y parcelas no residenciales; y que, cuando exista, agilicen la tramitación de su derecho al tanteo y retracto.

En el caso de los alquileres, para incrementar la disponibilidad, la FAI propone el incremento del parque público de vivienda, en propiedad o mediante acuerdos con particulares, y su gestión desde la colaboración público-privada; la liberación de suelo público y su cesión por duración determinada para la construcción de viviendas en régimen de alquiler asequible, que se integrarían en el parque público después del periodo de vigencia de la concesión; el incentivo fiscal a los pequeños propietarios que decidan poner inmuebles en alquiler; más recursos en seguridad jurídica para los arrendadores y el aumento de las ayudas a los inquilinos que lo necesiten, independientemente de su edad. Lo que este colectivo rechaza de plano es la intervención de precios. El 72,8% de los agentes encuestados consideran que desincentivaría la puesta de inmuebles en el mercado, frente al 20,96% que han manifestado una opinión neutra y el 6,23% que han afirmado que es una medida de carácter positivo.