Vivienda
La “imposible” tarea de los jóvenes españoles para conseguir una casa
Tan solo un 15,8 % de los menores de 29 años están emancipados. se quejan de que la nueva ley de vivienda no resuelve el problema de sueldos bajos y alquileres altos
Amparo destina en Bilbao más de la mitad de su salario a pagar el alquiler, Oriol tuvo la “suerte” de encontrar un apartamento con precio “razonable” antes de que en Barcelona empezaran a encarecerse y Omar acaba de mudarse desde Lima a Madrid, donde hace tres meses comenzó la “imposible” tarea de conseguir una casa.
Según diferentes estudios, los españoles dedican más de lo recomendable a pagar su vivienda (no más del 30 % del salario), algo que unido a la tasa de paro juvenil (38,8 % entre menores de 25) ha movido al Gobierno a lanzar una ley para regular el mercado, iniciativa que los jóvenes valoran positivamente pero siguen viendo insuficiente.
La medida, que aún está perfilándose, creará un bono joven de alquiler de 250 euros mensuales para los jóvenes de entre 18 y 35 años con salarios inferiores a 23.725 euros y abre la puerta a la limitación de los precios en zonas “tensionadas”. “La medida aislada me parece bien porque es dinero que necesitamos para pagar el alquiler, pero no creo que vaya a resolver el problema, los precios están muy por encima de los que tendríamos que pagar con los sueldos que tenemos”, explica Oriol Morales a EFE.
SALARIOS POR LOS SUELOS, ALQUILERES POR LAS NUBES
Oriol es dramaturgo pero lleva años trabajando en un gran almacén de libros, música y tecnología para poder tener un salario y una nómina, condiciones sin las cuales es muy complicado poder alquilar un piso en España. “Todas las decisiones que tienes que tomar en tu vida están condicionadas a poder vivir en la ciudad en la que quieras y es imposible encontrar un trabajo con un sueldo normal para que te puedas independizar”, comenta.
Este vecino de Barcelona comparte un piso en el barrio obrero de Sants y asegura que el acceso a una vivienda de calidad se ha convertido en una preocupación “constante”, como también opina Amparo García, quien tras cinco años de compartir un apartamento con varias personas, acaba de mudarse sola. “En Bilbao los alquileres de una casa están sobre 800 o 900 euros, con el sueldo que hay, tienes que compartir piso, no hay otra manera”, explica a EFE esta joven de 26 años que trabaja en el sector del comercio.
LA EMANCIPACIÓN, UN OASIS
A finales de 2020, tan solo un 15,8 % de los jóvenes entre 16 y 29 años estaban emancipados, la peor cifra desde el año 1999 según datos del Consejo de la Juventud de España (CJE). Para Amparo, el difícil acceso a la vivienda es una realidad que ha de ser atajada “de alguna manera” porque “si no, los jóvenes no van a salir nunca de casa de sus padres”: “No es que la juventud no quiera independizarse, es que la gente no tiene el dinero para irse de casa aunque tenga trabajo, no se puede”.
Esta vecina de Bilbao recuerda que las tornas han cambiado respecto a la generación de sus padres, donde “la gente que estaba de alquiler eran los raros”, mientras que “ahora es al revés, el raro es el que se compra la casa porque el resto no puede”. Asume que la situación no va a cambiar en un plazo medio: “La nómina te llega al banco e inmediatamente después se va para el alquiler, igual que me gustaría separar todos los meses un dinero para ahorrar, tengo que separarlo para pagar el alquiler porque es la prioridad numero uno”.
DISCRIMINACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL
Omar Callegari lleva apenas una semana en Madrid, acaba de mudarse desde su Lima natal, donde hace ya “tres meses” empezó a buscar vivienda para alquilar junto con unas amigas. “Está dificilísimo, porque más que encontrar piso que los hay, es las dificultades que me ponen: por ser estudiante ya me la ponen muy difícil, por no ser español me la ponen más difícil aún y no tener un aval o alguien que pueda respaldar”, narra a EFE.
A este joven de 29 años le han llegado a pedir “seis meses de alquiler por adelantado” y a pesar de los pocos días que lleva en España ya considera que el Gobierno “debería tomar cartas en el asunto” para que también contemplen la situación de los extranjeros. “Uno viene de afuera y se siente completamente aislado para todo tipo de ayudas, tengo amigos que viven acá desde hace años y no lo pueden conseguir, solo puede alquilar habitaciones”, lamenta.
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