Macroeconomía
Guerra entre el Gobierno y los supervisores por el crecimiento del PIB
El Banco de España y la AIReF confirman el tijeretazo a las previsiones y advierten al Ejecutivo de una «recuperación claramente incompleta»
El Gobierno sigue en sus trece con su previsión de crecimiento pese a que se le acumulan los pronósticos en contra. Continúa desoyendo a todos los que han advertido con contundencia que sus predicciones de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para este año y el que viene «son demasiado optimistas». Los últimos en hacerlo fueron ayer el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que puso en cuestión la credibilidad de la política económica del Gobierno, y la AIReF, que rebajó sus proyección al 5,5% en 2021 y al 6,3% en 2022, frente al 6,4% y el 6,8% estimado anteriormente.
Pero, tanto la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, como su secretario de Estado de Economía, Gonzalo García de Andrés, volvieron a reiterar que las previsiones macroeconómicas de su departamento son «sólidas y rigurosas», y cuestionó las nuevas estimaciones del Banco de España, «significativamente a la baja», al asegurar que el Ministerio está utilizando «todos los indicadores disponibles, que se seguimos con carácter diario», poniendo en duda los criterios de los economistas del supervisor bancario.
Por tanto, Calviño volvió a dejar intactas sus previsiones en el 6,5% en 2021 y un 7% en 2022, haciendo oídos sordos a la larga lista de organismos nacionales e internacionales que han recortado su optimismo. La OCDE, el FMI, el INE y ahora el Banco de España y la Airef advierten de que no deberían mantenerse. Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, De Cos sostuvo que, con la pandemia, la recuperación económica española es «claramente incompleta» en comparación a la que se está produciendo en el resto de países , ya que al concluir la primera mitad de año presenta una brecha de 8,4 puntos porcentuales en su PIB respecto al de finales de 2019, cuando en la zona euro se limitaba a 2,5 puntos.
También advirtió al Ejecutivo de que las previsiones publicadas por el ente el pasado mes de septiembre, que proyectaban un crecimiento del PIB del 6,3 % en 2021, cifra que se reducía ligeramente hasta el 5,9% en 2022, se han quedado obsoletas tras la última actualización del INE, que hizo una rebaja del 2,8% al 1,1 % en el segundo trimestre, la mayor desde que se tienen registros. «Una rebaja de una magnitud tan elevada comporta, de forma mecánica, una reducción sustancial de la tasa media de crecimiento del PIB para 2021 y, en menor medida, también de la de 2022». Dejó claro el gobernador, que una tasa media de crecimiento casi un punto por encima del consenso de los analistas para ambos ejercicios –como ha decidido aguantar el Gobierno– «no puede mantenerse en las actuales circunstancias».
El segundo palo del día para Calviño y su equipo lo protagonizó la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, que se escudó también en el INE y su revisión de los valores agregados de la Contabilidad Nacional del segundo trimestre, para defender que habrá «un comportamiento menos vigoroso del PIB en 2021», por lo que la Autoridad Independiente ha decidido restar casi un punto de crecimiento para la economía este año –del 6,4% al 5,5%–, y 0,5 décimas en 2022 –del 6,8% al 6,3%–.
Herrero basó este recorte en el aumento de los riesgos por «la escalada del precio de los insumos energéticos, la emergencia de fricciones en las cadenas de suministro globales y por los precios de materias primas energéticas en máximos históricos», aunque espera que se revierta la situación en la segunda mitad 2022. También advirtió de que «una implementación incompleta o ineficiente del Plan de Resiliencia comprometería su contribución a la recuperación y a la transformación estructural de la economía».
Tanto el Banco de España como la Airef se han situado al lado de otros organismos internacionales, que ya dieron un revolcón al Ejecutivo. Tal fue el caso del FMI, que redujo medio punto sus previsiones de crecimiento respecto a julio hasta dejarlas en el 5,7%. Desde el Ministerio de Asuntos Económicos solo han reconocido que tendrán un «grado adicional de prudencia», pero que no cambian «para nada» sus planes.
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